Miajadas (10.000 habitantes) está en el centro de Extremadura y recibe a sus visitantes con un tomate gigante en alto con un nido de cigüeña típico de la comarca. Por algo es la capital europea del tomate, escribe el fotoperiodista Mondelo en su blog[1].
Relata una experiencia personal en los primeros días de este septiembre de 2016, a 45 grados, en medio de un paisaje en el que domina el rojo intenso de los tomates rebosantes en camiones y remolques recién cosechados de los campos miajadenses, en los que pueden verse máquinas recolectoras gigantes que seleccionan y clasifican por colores, tamaño y peso; o a cuadrillas de 15 hombres y mujeres de rodillas desde la madrugada, recogiendo a mano los tomates, a más de 40 grados y soportando los picotazos sin tregua de moscas y mosquitos.
El proceso acaba en la fábrica ”Tomates del Guadiana” en la localidad de Santa Amalia, ya en Badajoz, que son las instalaciones que más tomates muelen de toda Europa: una media de ocho millones de kilos al día.
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