La movilización masiva en torno a la cuestión de las armas químicas en Siria, subrayada el viernes 11 de octubre de 2013 por la concesión del Premio Nobel de la Paz a la Organización para la prohibición de las Armas Químicas (OIAC), debe aplicarse inmediatamente al acceso humanitario al país, exige Médicos sin Fronteras (MSF) en un comunicado fechado el 15 de octubre en París y Bruselas.
Hospital de MSF en Siria. Fot: Anna SurinyachMuchas regiones en Siria –continúa- permanecen en estado de sitio y están completamente cerradas a la asistencia humanitaria vital, bien porque Damsco niega el acceso, bien a causa de la intensidad de los combates. Así, al este y el oeste de Ghouta, en la perifería de Damasco, zonas visitadas por los inspectores encargados del desmantelamiento del arsenal químico sirio, los médicos hablan de más penurias que nunca en medicicamentos, y de casos de malnutrición debidos a la falta de alimentas. Pero es imposible entrar en esas zonas.
«El pueblo sitio se encuentra hoy en una situación absurda –lamenta Christopher Stokes, director general de Médicos sin Fronteras- los inspectores de la OIAC pueden entrar libremente a algunas zonas que tienen inmensas necesidades, pero en cambio ambulancias, alimentos y medicinas están bloqueados. Los países influyentes del planeta se han reunido para llegar a un acuerdo sobre las armas químicas, y lo están llevando a la práctica. Lo que demuestra que es posible. Nos preguntamos ahora donde están los esfuerzos necesarios para repetir este éxito en una cuestión tan crucial como es el acceso a la ayuda humanitaria”.
La paralización de la ayuda humanitaria no se limita a las zonas asedidas. En el región de Alep, varias jornadas de intensos bombardeos en As sadirah y Abu Djirin, lo mismo que sobre los campos de desplazados, han obligado a 18.000 familias a huir para salvar sus vidas. MSF ha tratado a 20 personas herias gravemente, entre ellas varios niños, pero ha sido impoisble llegar hasta las familias desplazadas, a causa de los continuos bombardeos.
Desde el comienzo del conflicto –se lee más adelante- el despliegue de equipos internacionales resulta muy problemático para las organizaciones humanitarias; en cambio, ha resultado relativamente sencillo para el equipo conjunto ONU/OIAC: en pocas semanas, han llegado a Siria entre 50 y 100 inspectores químicos. A título comparativo, tras dos años y medio de conflicto, la agencia humanitaria de la ONU ha tenido que reducir su personal la mitad, de cien a cincuenta.
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