El compositor y pianista Pedro Ojesto acumula ocho años de exitosa andadura nacional e internacional con su proyecto Flamenco Jazz Company, que se completan ahora con Kilómetro 0, el cuarto trabajo discográfico de este último periodo. Recordemos que los anteriores fueron Nikela, In a Classical Mood y Rumbo Desconocido.
Al músico madrileño le avalan sus treinta años de trayectoria profesional como pianista, compositor y arreglista, como quedó demostrado en la Sala Clamores de Madrid, que estuvo tan a rebosar como días antes había estado el Café de Berlín, en la gira de presentaciones de Kilómetro 0.
Kilómetro 0 es un paso adelante en el camino de los nuevos modos musicales que van incorporándose al Flamenco, en una confluencia de músicas que interactúan como referente de diferentes culturas. Flamenco Jazz Company adopta los nuevos lenguajes musicales de las culturas flamenca y jazzística que Pedro Ojesto define como Jazz Hondo. Así, su repertorio se adecúa tanto a un festival de jazz como a uno de flamenco porque en ambos casos representa sus evoluciones estilísticas.
Para esta nueva aventura la banda mantiene dos músicos fieles que están ahí desde su comienzo, el contrabajista Josemi Garzón y el percusionista Bandolero. Un habitual, el guitarrista Mario Montoya y dos nuevas incorporaciones, el trompetista Enriquito y el cantaor Antonio Ingueta Ingueta Rubio. El piano, por supuesto, es patrimonio permanente de Pedro Ojesto. Un sexteto que musicalmente tiene mucho que decir.
El repertorio de Kilómetro 0 es un homenaje a la madrileña Puerta del Sol y a Madrid en general. Predominan composiciones de Pedro Ojesto, el resto son adaptaciones standard de jazz a su propio lenguaje. En todo ello reconocemos influencias de variados orígenes, catalizadas en el lenguaje personal, ecléctico y minimalista de su autor, sin olvidar la carga emocional que imprimen en concierto los componentes del sexteto con su maestría ya muy conocida y reconocida por el público.
El concierto
Pedro Ojesto actuó además de como pianista, como excelente maestro de ceremonias en la presentación de sus temas. Todos los componentes de la banda, como es habitual, tuvieron sus solos, dúos , tríos, etc. Añadir a esto las excelentes condiciones acústicas de la Sala Clamores, un plus para un concierto de sonidos instrumentales. El resultado emocionante.
El concierto comenzó por la soleá Reloj frontera de los años, con la intervención del quinteto instrumental con sabias rotaciones. Lo más flamenco, la voz de Ingueta Rubio, fiel a la raíz.
Si a una soleá no le sigue una seguiriya no se entendería. Aquí escuchamos una de lujo, Los cielos de Madrid. Es maravilloso escuchar una estructura musical más cercana al jazz que al flamenco, con el compás clásico de la seguiriya.
Con la tercera interpretación de la noche llega el tiempo festero, Muy temprano, un dúo sensacional de piano y guitarra por jaleos. Seguimos de fiesta por tanguillos interpretados por el trío piano, contrabajo y percusión, una pieza maestra titulada Duruelo.
Por tangos para La Puerta del Sol – Kilómetro 0, una interpretación magistral de todo el sexteto. Y para terminar, como no podía ser de otra manera, unas bulerías con un título por demás significativo, Confluencias. Así es, llevamos todo el rato hablando de confluencias musicales y esta composición es su pieza maestra. Intervienen todos, pero aquí la percusión de Bandolero es el número de lujo. Como siempre,
Este fue el concierto al que hay que añadir la mención de los solos de todos y cada uno de los instrumentos, no solo en las distintas composiciones, sobre todo como números sueltos de cada uno. Solos de trompeta geniales, de guitarra flamenca emocionantes, del contrabajo de Josemi Garzón que más podríamos decir que no esté ya dicho, el número de percusión de Bandolero casi hizo volar y el piano del maestro evidentemente magistral.
Una noche para disfrutar y recordar.
