En respuesta a la petición fiscal de diciembre de 2017, un tribunal turco ha condenado este viernes, 16 de febrero de 2018, a cadena perpetua a los hermanos Ahmet y Mehmet Altan y a la periodista Nazli Ilicak, por considerarlos relacionados con el fallido intento de golpe de estado del 15 de julio de 2016.
Junto a ellos ha condenado a otras tres personas por “intento de de derrocar el orden constitucional mediante el envío de mensajes subliminales en un programa” transmitido en directo por la televisión la víspera del golpe, en un proceso que ha durado varios meses, en el que los seis acusados han negado repetidamente su participación en los hechos que se les imputan y que distintas organizaciones han condenado como “nefasto para la libertad de expresión”.
Para Reporteros Sin Fronteras, el de hoy es un “día negro” para la libertad de prensa en Turquía.
Mehmet Altan, de 65 años, es autor de varias obras políticas y miembro del PEN Club. Fue detenido en septiembre de 2016 junto con su hermano Ahmet, novelista y periodista de 67 años, fundador del periódico de oposición Taraf. En cuanto a Nazli Ilicak, periodista y escritora de 73 años que hasta 2013 trabajó en el diario progubernamental Sabah, se encuentra detenida desde finales de julio de 2016.
Los otros tres condenados son el exdirector de marketing del diario Zaman, Yakup Simsek, el grafista del mismo periódico Fevzi Yazici y el instructor de la academia de policía Sükrü Tugrul ÖZsengül.
El gobierno ultraconservador de Erdogan imputa el intento de golpe de estado al predicador Fetullah Gülen, enemigo jurado del presidente turco y exiliado desde hace años en Estados Unidos, quien desmiente cualquier implicación. Desde entonces, el régimen turco está llevando a cabo una purga sin precedentes de opositores, en la que ya han detenido a más de 50 000 personas, entre ellas cientos de periodistas y empleados de los medios de comunicación, y más de 140 000 personas han sido despedidas de sus trabajos.