Decenas de miles de personas se han manifestado en las calles de Varsovia, y otras ciudades polacas, en contra del proyecto del gobierno derechista y ultracatólico de Andrzej Duda, que quiere retirar al país del Convenio de Estambul¹, un proyecto paneuropeo de lucha contra la violencia de género, según la información aparecida en el diario británico The Independent.
El Periódico define el Convenio, elaborado por el Consejo de Europa, como «el marco jurídico más completo que existe para luchar contra la violencia ejercida con las mujeres y las niñas» y que se ocupa de la violencia doméstica, la violación, la agresión sexual, la mutilación genital femenina, los delitos llamados «de honor» y el matrimonio forzoso.
España firmó el Convenio el 11 de mayo de 2011 y lo ratificó el 11 de abril de 2014, publicándolo en el BOE del 6 de junio y entrando en vigor el 1 de agosto del mismo año.
Polonia ratificó el Convenio en 2015. Pero ese mismo año, Andrzej Duda, miembro del partido Ley y Justicia, ganó en las elecciones al alcalde de Varsovia y empezó un segundo mandato presidencial. Los miembros de su partido, de raíz democristiana, ultraconservador, ultracatólico, euroescéptico y nacionalista, consideran que el Convenio «contraviene los valores familiares católicos de Polonia».
Para el actual ministro de Justicia, Zbigniew Ziobro, se trata de «una invención, una creación feminista que intenta justificar la ideología gay», como declaró en 2015 y ahora recuerda el diario suizo La Tribune de Genève.
The Independent recuerda que Andrzej Duda prometió en su campaña prohibir el matrimonio homosexual y los derechos de adopción del colectivo LGTB.
- El Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, también conocido como Convenio de Estambul o Convención de Estambul, es una convención del Consejo de Europa que tiene por objetivo la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Se presentó en Estambul en 2011 y está en vigor en Europa desde el el de agosto de 2014. A finales de 2019 lo habían firmado 46 países y ratificado 34 de ellos.
Es el primer instrumento de carácter vinculante en el ámbito europeo en materia de violencia contra la mujer y violencia doméstica y está considerado el tratado internacional más completo y de mayor alcance en la materia. Reconoce la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos y aborda la violencia contra las mujeres a través de medidas dirigidas a la prevención de la violencia, la protección a las víctimas y el enjuiciamiento de los autores.
El Convenio contempla como delito todas las formas de violencia contra la mujer: física, psicológica y sexual, incluidas la violación, la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, el acoso, el aborto forzado y la esterilización forzada. Los estados que lo ratifican deben introducir en su legislación estos delitos.