El festival “Recent Cinema from Spain” presentó, entre varias, cuatro películas que valen la pena reseñarse, donde se observan las tendencias de un cine que apunta a la diversidad temática y a la originalidad de enfoque, un estilo paródico, dentro del realismo picaresco de la idiosincaracia española, más proclive a lo carnavalesco que al drama introspectivo, pero también indagando en la novela policial y de misterio con muy buen resultado.
Que Dios nos perdone
Es el título del policial dirigido por Rodrigo Sorogoyen, más largo de lo necersario (105 minutos), donde narra la historia de dos detectives compañeros de Homicidios, encarnados por los actores Antonio de la Torre y Roberto Alamo, ambos en actuaciones impecables, llenas de matices y recursos.
El film sucede en Madrid, en el verano del 2011, cuando el Papa llega a tierra española. En ese contexto de celebración y beatitud estos dos policias deben descubrir a un asesino EN serie de ancianas como la madre del propio criminal. Siguiendo las pistas, el director nos enfrenta a las luchas laborales del oficio policial, la complicidad emocional entre los dos policias, sus vicisitudes por perseguir lo que parece imposible: la develación de varios crímenes cometidos por este psicópata que veja, humilla y mata a ancianas, el modelo de su madre.
Es obvia la conotación psicológica: el matricidio. Hay excesivo regodeo del director en mostrar los cuerpos envejecidos de estas difuntas avasalladas, un exceso de morbo o de hiperrealismo innecesario y cruel. El alargamiento y repetición de ciertas situaciones resta al film ritmo y por momentos veracidad.
Es una película policial con reminiscencia de otras que ya vimos, de parejas de detectives en alianzas, luchando contra el crimen. A los aspectos psicológicos se mezcla el tema religioso llevándonos al planteamiento del bien y del mal.
El actor Javier Pereira, presente en la sala, explicó su trabajo actoral para interpretar al asesino en serie y captar la mente del criminal. Nos comentó que fue una historia verdadera lo que inspiró la película. Lamentablemente, el film pudo habernos dado una reflexión sobre lo ético, los moviles del bien y el mal y sobre los que luchan contra ello, pero prefirió lo meramente narrativo, y un final donde la alianza de los detectives marca el sentido argumental.
Despido procedente
Comedia satírica de la situación político-económica argentina, con grandes actores: Imanol Arias, Dario Grandinetti y Miguel Solá, dirigida por Lucas Figueroa.
Con muy buen ritmo fílmico, gags sorpresivos y una crítica a los sistemas financieros abusivos y a las corporaciones que ejercen despidos manipulados, el film va mostrando el lado oscuro de la estructura laboral, y, aunque filmada en Argentina, este tipo de maniobra es global.
Excesivas malas palabras y una trama bien llevada que provoca situaciones cómicas, mientras se busca ejercer venganza a la injusticia del despido.
Los actores sustentan el film con solvencia, apuntalándolo con la creación de sus personajes: Imanol, en el ejecutivo despedido, Grandinetti en el cómplice coorporativo y Miguel Solá en el cínico empresario. Comedia al fin, todos sonrientes.
Contratiempo
Es un thriller diferente muy bien armado, con dirección y guión de Oriol Paulo, con la actuación de Mario Casas, mostrando una permenente ambiguedad, y la interpretación de Ana Wagener que logra cerrar la trama policial.
El suspenso y el ascenso de tensión está justamente dosificado. El espectador se enfrenta a diversas versiones de un accidente que luego se convierte en un crimen, con un final sorpresivo. El film plantea distintas visiones de un hecho, interviene el juego de la memoria, la reconstrucción del acto con fragmentos de las situaciones, vividas por distintos sujetos. Como en un rompecabeza, el extraño caso, se va desarrollando ante nuestros ojos.
La ambientación en lugares oscuros, bosques, tiempo nublado, habitaciones tonales, ropas sin colores estridentes, van creando un clima de agobio que bien acompaña la trama. La cámara visualiza lo justo, los planos estan controlados, nada en exceso.
No es un policial ingenuo, critica los abusos de poder, el nepotismo, la fuerza del dinero, pero también advierte de las relaciones humanas, los juegos entre la víctima y el victimario, el travestismo de roles , la manipulación psicológica y emocional, el cinismo y los no límites de la maldad.
Es un film realizado con un plan evidente, al director no le importa que advirtamos la estructura de este armado, porque éso es parte también de la novela de misterio, dar pistas, mostrar el andamiaje. El objetivo en una policial o narración de misterio es: llegar al culpable y develar la verdad. Si es posible: hacer justicia.
Y es en esta palabra: “justicia”, que recae el peso del argumento. El alivio que siente el espectador, el ciudadano, la sociedad, el hombre, frente al cumplimiento del castigo al mal y el triunfo de la verdad.
¿Por qué el hombre y la sociedad necesitan que se cumpla la justicia? Porque nos libera del mal, de lo incorrecto, de lo oscuro y nos devuelve la posibilidad de creer. Este relato toca ese punto de una manera sutil pero intensa. Sin justicia la condición humana es indigna. “Contratiempo” es un film, que bajo el manto de lo policial, nos enfrenta a una imperiosa necesidad de la sociedad contemporánea: la justicia y su cumplimiento.
Celebramos el festival “Recent Cinema from Spain” en su séptima edición y también celebramos la creatividad del cine español.
