El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) señaló en una sentencia, el 25 de enero 2022, que Serbia discriminó a cuatro ajedrecistas ciegos que obtuvieron medallas en las Olimpiadas de Ajedrez para Ciegos al negarles los beneficios económicos que sí se otorgaron a los jugadores videntes.
El TEDH, con sede en Estrasburgo, publicó la sentencia donde recoge que las autoridades serbias «claramente ejercieron su poder discrecional de tal manera que trataron de manera diferente a los ajedrecistas videntes y ciegos» a pesar de que ganaron medallas internacionales similares.
El tribunal ordenó a Serbia que otorgara a cada solicitante una compensación de 4500 euros y que les pagara la cantidad acumulada y cualquier futuro pago de beneficios adeudados, como si hubieran sido un ajedrecista vidente que hubiera ganado una medalla en una Olimpiada de Ajedrez.
Cuatro ajedrecistas ciegos, Dragoljub Baretic, Branko Negovanovic, Sretko Avram y Ziva Markov, ganaron varias medallas para la entonces Yugoslavia, como parte del equipo nacional, en las Olimpiadas de Ajedrez para Ciegos celebradas entre 1961 y 1992. Baretic consiguió la medalla de oro mientras sus tres compañeros obtuvieron las de plata.
En 2006, Serbia adoptó un Decreto de Reconocimiento y Recompensas por Logros Deportivos, que estableció un sistema nacional de reconocimiento y recompensas consistente en un diploma honorario, un beneficio mensual en efectivo de por vida y un pago único en efectivo.
La Federación Serbia de Ajedrez, en 2007, solicitó a los ajedrecistas que cumplían los requisitos que solicitaron ese reconocimiento y recompensas. Sin embargo, en el decreto se omitió reconocer o premiar los logros en las Olimpiadas de Ajedrez para Ciegos.
El gobierno serbio argumentó que el decreto «perseguía un objetivo justificado, específicamente el reconocimiento de solo los más altos logros deportivos en las competiciones más importantes».
Al decidir qué deportes y competiciones deberían incluirse, el gobierno incluyó criterios como «la popularidad del deporte y su tradición en Serbia» y «su contribución al desarrollo y afirmación de la reputación del país».
Pero el TEDH explicó que si bien era «obviamente legítimo que las autoridades serbias se centraran en los logros deportivos y competiciones más importantes», las autoridades no explicaron por qué los elogios ganados por los ajedrecistas ciegos habrían sido «menos populares o importantes a nivel internacional» que medallas similares ganadas por ajedrecistas videntes.
También apunta que en términos de «desarrollo y afirmación» de la reputación del país, «el trato igualitario de los ajedrecistas ciegos y videntes por logros similares, tanto en la legislación serbia como en la práctica, solo podría haber servido para mejorar la reputación del país en el extranjero y promover la inclusión a nivel nacional».
En cualquier caso, es, a juicio del Tribunal, «inconcebible que el ‘prestigio’ de un juego o de un deporte como tal, incluidos, por ejemplo, algunos de los deportes más populares como el fútbol, el baloncesto o el tenis, deba depender únicamente de si es practicado por personas con o sin discapacidad», en alusión a la discapacidad visual.
En la sentencia también se recoge un escrito de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) donde se indica que trata «a ambos grupos de ajedrecistas como iguales: tienen derecho a los mismos títulos y clasificaciones y tienen los mismos derechos». La IBCA (Asociación Internacional de Ajedrez Braille) se encuentra afiliada en FIDE.
Los cuatro jugadores inicialmente demandaron al estado serbio pero perdieron después de un juicio en 2012. En 2015, también perdieron en el Tribunal Constitucional, pero llevaron su caso a Estrasburgo donde ahora les han dado la razón.
Este caso no es la primera polémica por el no reconocimiento de premios y honores a ajedrecistas ya que en Estonia pasó algo similar.