SOMOS EL BRITÁNICO

Después de treinta años nos volvimos a ver los compañeros de clase. Esos con los que jugábamos al rescate. Esos que fueron con nosotros a ver cómo era el mundo y juntos aprendimos a ver que la vida no era fácil. Quizá en nuestra memoria permanezca la idealización y quizá también, soñemos siempre que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero da la casualidad, que todos no van a estar equivocados. Somos el británico porque tenemos un gesto común que nos hace parecernos. Quizá la educación que nos dieron y el hecho de saber que en esa rectitud con valores, principios y saber estar íbamos a identificar el bien del mal. Y así ha sido. Hoy podemos decir que todos nosotros somos una sola persona porque todos llevamos a nuestro colegio en el corazón. Y aunque pase el tiempo, Mr Slater y su piano nos dejaron un poso en el alma.

Ayer Enrique Loewe se refería a los conceptos que hicieron de él un ser feliz; el amor, la música y el juego. Nosotros crecimos con mucho amor. Ese que nos transmitieron los profesores que treinta años después nos siguen demostrando. Gracias Mr Foster. La música; nos hizo vibrar porque entre acordes aprendimos quién era Mendelsohn y “Baa, baa, Black sheep, Have you any wool? Yes, sir, yes sir, three bags full…” pero también jugamos. Jugamos tanto que aprendimos a respetar al prójimo, a saber que una compañera podía ayudar a un compañero y nuestros amigos iban a serlo para siempre.

Aquella despedida fue triste pero nadie nos dijo que fuera para siempre. De las personas que he conocido en la vida que han sido muchas, ninguna me ha dejado ese vínculo tan estrecho como el que tengo con mis compañeros del británico. Y hablo por mi, pero es una sensación que sé que comparten los niños de mi clase. Cuando he caido y estaba desarmada, cuando la vida me ha golpeado fuerte, después de treinta años sin saber de mi, toda la ayuda ha sido poca. Gracias a todos ellos, hoy puedo decir que las cosas han sido más fáciles porque nos hemos ayudado como hermanos. Porque somos hermanos y el cariño es tan grande que no podremos separarnos ya. Damos gracias a internet por hacer esto posible y a los que ahora dirigen el barco llamado British Council School.

Agradezco primero a mis padres que tuvieron la sabia decisión de elegir una formación que entonces era distinta; otra lengua, niños y niñas juntos y dos culturas a la vez. A mi abuelo que decía que con el inglés se iba a todas partes… Esto que ahora parece fácil no se ha conseguido en muchos colegios porque el Británico tenía una formación extraordinaria porque sus profesores eran extraordinarios. Y por ellos, nosotros somos así. Somos buenas y nobles personas. Personas que ayudan a personas. Gracias a todos ellos. Gracias por ayudarme con la enfermedad incurable de mi hijo. No tengo palabras de agradecimiento porque habéis estado todos cuando he pedido ayuda; Ian, Carlos, Miguel, Antonio, Juan, Javier, Marta, Angélica, Pilar, Ana, Ignacio, Sergio, Héctor, Verónica, Lola, Santiago, Pedro, Ricardo, Tola, Luisito ….. somos tantos que no puedo poneros a todos pero estáis en nuestro corazón y en la tribuna que escribo cada día.

Gracias Miss Walsh, Miss Candy, Mr Caselaw, and all the ones that made it be as it was. We will always remember our school.

Somos El BRITÁNICO con mayúsculas y somos así gracias a vuestra educación. Grandiosa y eficaz educación. Estoy orgullosa de mi colegio, de mis compañeros y de saber que pase lo que pase, «somos el británico…» y somos más españoles que Manolete pero tenemos vuestro sello para siempre impreso.

Thank you for make it possible so many years later. What a wonderful day!

Ana María De Luis Otero & Bros

Journalist