Los grandes medios de la prensa estadounidense suelen romper su proclamada neutralidad informativa ante episodios políticos determinados.
Desde luego, no sucede siempre y hay que recordar que esa neutralidad es –con demasiada frecuencia– hipotética o teórica, sobre todo en cuestiones de política exterior como los conflictos de Oriente Medio.
Pero se trata de un hábito relativamente tradicional que se manifiesta cada cuatro años, antes del voto de las elecciones presidenciales.
Por eso ha sorprendido que The Washington Post haya anunciado que no expresará abiertamente su preferencia entre Donald Trump y Kamala Harris.
El director del diario William Lewis lo ha justificado en un breve editorial donde dice que el rol del diario «es proporcionar noticias no partidistas al conjunto de la ciudadanía para ayudar a los lectores para que piensen y decidan por sí mismos».
Nonpartisan news for all Americans, and thought-provoking, es la frase literal que utiliza Lewis, quien es un británico vinculado a la cultura de los tabloides londinenses. Estuvo implicado en el escándalo de las escuchas del desaparecido y sensacionalista The News of the World; también trabajó durante años en el seno de las empresas periodísticas del magnate Rupert Murdoch y –a destacar asimismo– trabajó como CEO del índice Dow Jones.
El reclamo de independencia editorial de The Washington Post se arropa ahora recordando las viejas raíces del periódico, pero está claro que no se publica con el apoyo mayoritario de su redacción, sino por imposición autoritaria del propietario que es Jeff Bezos, el dueño de Amazon.
Es la primera vez en casi cuatro décadas en las que The Washington Post no se inclina públicamente por algún candidato presidencial.
En lo que va de siglo lo hizo a favor de los candidatos demócratas en todas las elecciones presidenciales desde 2008 hasta 2020 (cuando pidió el voto para Joe Biden contra Donald Trump).
Según la prestigiosa National Public Radio (NPR), la radio pública de Estados Unidos, la ruptura con esos pronunciamientos que hubo en las elecciones presidenciales anteriores ha sido impuesta por Bezos contra la idea mayoritaria que prevalecía en la redacción.
La NPR habla de ambiente tenso en el seno del diario, constatable por varias dimisiones de cuadros internos. También por la reacción de los suscriptores: mil seiscientos anularon su suscripción en las primeras cuatro horas después de que se supiera. Dos días después, el número de anulaciones de suscriptores de The Washington Post superaba la cifra de 200.000, un ocho por ciento del total de abonados al diario.
Una hora después de que se publicara el editorial de William Lewis justificando el veto del propietario, Jeff Bezos, la versión digital de The Washington Post publicó otro artículo firmado por destacados redactores del diario en el que señalaban que el borrador de un texto de apoyo a Kamala Harris estaba en marcha antes del golpe de timón del propietario. «Es un insulto a nuestros colegas del periódico y a nuestros lectores», afirman.
Recuerdan que las aludidas viejas raices no existieron durante medio siglo y que, por el contrario, no esquivar pronunciarse por uno u otro candidato fue síntoma de verdadera independencia: «Los equipos editoriales existen para valorar y expresar [el punto de vista] del diario, de modo que el cambio de política sobre recomendaciones del voto presidencial ha podido ser [durante años] un principio largamente ignorado. ¿Por qué el periódico ha esperado hasta sólo once días antes de la elección para anunciarlo?».
Intereses y amenazas
En este punto hay que tener en cuenta los intereses de Amazon y Jeff Bezos que implican sustanciosos contratos con la Administración federal.
Y no hay que olvidar tampoco las amenazas abiertas de Trump a los grandes medios que han investigado sus más turbios manejos, entre ellos los principales diarios estadounidenses, incluyendo a The Washington Post.
Lo mismo ha sucedido en Los Angeles Times, donde Mariel Garza, jefa de las páginas de opinión y cabeza visible de su comité de periodistas, anunció un día antes que dimitía porque el propietario del periódico de referencia de la costa oeste, había vetado la intención de la mayoría de los redactores de publicar su apoyo a la candidata Kamala Harris. No ha sido la única persona que ha dimitido en Los Angeles Times.
Según Garza, apoyar la candidatura demócrata era lo más lógico tras una serie de editoriales del diario «sobre lo peligroso que es Trump para la democracia, sobre su inadecuación para la presidencia y sobre sus amenazas contra sus enemigos». También ha explicado su dimisión personal así: «En tiempos peligrosos, la gente honrada tiene que ponerse en pie».
Por el contrario, la redacción de The New York Times expresó ya hace más de tres semanas su apoyo a Kamala Harris aludiendo a Donald Trump como persona «incompatible con un puesto que requiere buen juicio, honestidad, empatía, coraje, contención, humildad y disciplina, cualidades de las que él carece», decía el editorial del periódico neoyorkino. Un texto que tituló The only patriotic choice (La única opción patriótica).
Varios comentaristas ajenos a The Washington Post y Los Angeles Times interpretan su proclamada neutralidad como un apoyo quizá forzado –pero más o menos implícito– a Donald Trump.
O al menos como una previsión cuidadosamente calculada: el 5 de noviembre, Kamala Harris será probablemente la perdedora en las urnas.
Sin pelos en la lengua, Marty Baron, quien fuera redactor jefe de The Washington Post hasta 2021, ha mostrado su ira contra lo que ha definido como «actitud cobarde que convierte a la democracia en víctima». Lo interpreta también como «una invitación a Donald Trump para que siga amenazando a Jeff Bezos».
Paradójicamente, desde que este último compró el diario, The Washington Post asumió diariamente junto a su cabecera el lema Democracy dies in darkness (La democracia muere en la oscuridad).
Unas palabras que el legendario periodista Bob Woodward popularizó hace años, tras oir esa frase a un juez en los tiempos del escándalo Watergate, que acabó con la presidencia de Richard Nixon.
Coincidiendo con la negativa a comprometerse de sus colegas de Washington y Los Ángeles, el sábado 25 de octubre The New York Times ha publicado un nuevo editorial ratificando las razones de su rechazo a las medidas autoritarias que anuncia Trump.
Es lícito pensar que la «cobardía» de The Washington Post y Los Angeles Times se basa principalmente en los intereses de sus respectivos propietarios.
No es el mejor augurio para los demócratas. Tampoco para la democracia en general.