Más de 3000 trabajadores de Google (de los 70 000 que tiene la empresa en todo el mundo) se niegan a participar en un proyecto militar de drones, según la información publicada en L’Obs por el periodista Thierry Noisette.
En marzo de 2018, la transnacional Google anunció la firma de un proyecto con el Pentágono, llamado “Maven”. Estos empleados, entre los que figuran varias decenas de ingenieros, han dirigido una carta abierta en Pdf a su director general, Sundar Pichai, pidiéndole que revise el proyecto porque “Google no debería hacer negocios con la guerra” («Google should not be in the business of war»), publica el diario New York Times.
Según la información facilitada por el Pentágono, se está trabajando en el proyecto “Maven” desde abril de 2017, y la participación de Google ahora sería para mejorar el análisis de las imágenes grabadas por un dron, para lo que Google daría acceso al Ministerio de Defensa estadounidense a su programa TensorFlow, utilizado en aplicaciones de inteligencia artificial capaces de identificar el contenido de fotos.
Diane Greene, consejera de la empresa Alphabet (la casa madre de Google), ha querido tranquilizar a los empleados de la compañía asegurando que como la tecnología de ese programa “no está prevista para utilizar o volar drones, tampoco podrá emplearse para lanzar armas”. Argumento que no ha conseguido tranquilizar a los firmantes de la carta -“Efectivamente, elimina una panoplia de aplicaciones directas pero una vez entregada esa tecnología a los militares podrán utilizarla para apoyar ese tipo de trabajos”-, que piden que Google establezca una política de empresa garantizando que no participará en la creación de tecnologías de guerra: “El contrato con el pentágono hace peligrar la reputación de Google y entra en contradicción con nuestros valores fundamentales. No es aceptable fabricar esta tecnología para ayudar al gobierno estadounidense a la vigilancia militar, potencialmente con resultados mortales”.