Por falta de profesionalismo o “por paranoia en una región muy afectada por el terrorismo”, la policía tunecina mató por error, la noche del vienes 22 al sábado 23 de agosto, hacia la 1h30 de la madrugada, a dos chicas de 19 y 21 años en la localidad de Kasserine, al oeste del país, informa la publicación ebdo.tn y recoge, en el digital francés Rue 89, el periodista Ramses Kefi.
Las chicas- llamadas Ons y Ahlem, quienes muriron de un disparo en la cabeza- eran dos primas que regresaban de una boda. Ahlem había llegado de Alemania, donde nació y residía, para pasar las vacaciones en Túnez. Ambas iban en el coche de otra pariente, llamada Sondos, quien según la versión del Ministerio del Interior, ante las señales de unos policías apostados en la carretera porque habían recibido el chivatazo de que un grupo armado se dirigía a la ciudad, no se paró y continuó su marcha por lo que los policías abrieron fuego después de efectuar algunos disparos al aire.
Según el testimonio de Sondos, la conductora del vehículo, recogido por el Observatorio Tunecino de los Derechos y Libertades, «nos vimos sorprendidas por unos tipos que salieron de los matorrales y nos cortaron la carretera, haciendo señales para que parásemos (…) Como no había una barrera policial, ni ningún coche de policía a la vista, ni nada que indicara que se trataba de agentes de seguridad, nos dio miedo. Comentamos que podían ser terroristas y seguimos carretera adelante, sin parar (…) Después de que dispararan les supliqué que nos llevaran urgentemente al hospital, pero los policías se asustaron, se dieron al vuelta y nos abandonaron a nuestra suerte”.
Según el corresponsal de ebdo.tn, «el lugar en que mataron a las jóvenes no permite que ningún coche pueda ir muy rápido». Los cuerpos de las chicas fueron trasladados en una ambulancia al hospital regional, a donde llegó furiosa parte de la familia que, en represalia por el drama, incendió el puesto de policía que en aquel momento se encontraba vacío.
El día 25 de agosto los cuerpos de las chicas se encontraban todavía en el hospital, custodiados por el ejército, a la espera de la llegada de un médico forense
