Unos adolescentes, de entre catorce y dieciocho años han sido los primeros en probar el pollo artificial fabricado en laboratorio a partir de células animales, según la información publicada hoy en el digital del consorcio público France Télévisions.
Según los promotores de la iniciativa, la empresa Eat Just, el objetivo es reducir la huella de carbono que genera el consumo de carne en el planeta.
Singapur ha sido el primer país del mundo que ha autorizado esta práctica. Eat Just avait anunció a principios de este mes de diciembre que las autoridades de la ciudad-estado habían autorizado la venta de su carne de laboratorio para que sea usada como ingrediente en los nuggets.
Y el día 16 de diciembre 2020 anunció haber hecho su primera venta al restaurante «1880», un local enclavado en un barrio de alto standing «comprometido en la construcción de un planeta mejor» que organizó el lanzamiento del producto invitando a unos cuantos jóvenes a «una cena histórica».
Para Marc Nicholson, fundador del restaurante «1880» -quien ha lamentado no poder invitar a los periodistas a presenciar el evento «a causa de la epidemia de Covid-19»-, servir la carne artificial abre «una etapa revolucionaria en la lucha contra el cambio climático y el aprovisionamiento de la población mundial sin estropear el planeta».
Según Josh Tetrick, fundador de la empresa Eat Just, esta primicia «nos acerca a un mundo en el que la mayoría de la carne que comamos no necesitará destruir un solo bosque, ni desplazar ningún habitat animal, ni utilizar una sola gota de antibiótico».
La información añade que el consumo de carne animal debería aumentar un 70 por ciento de aquí a 2050, por lo que la carne de laboratorio podría satisfacer una parte de la demanda. La ganadería intensiva para el consumo de carne es una fuente de metano, un gas que favorece el efecto invernadero y que en algunos países está provocando un calentamiento climático que destruye los bosques.
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