Venezuela celebró el 25 de mayo una elección del parlamento y de sus veinticuatro gobernaciones regionales, registrándose una masiva abstención y la obtención de la casi totalidad de los cargos, que asumirán en enero de 2026, por parte del oficialista Partido Socialista Unido (PSUV), informa la IPS desde Caracas.
«Esta es la victoria de la paz y la estabilidad de toda Venezuela. Después de bloqueos, fascismo y violencia, hoy ha demostrado la revolución bolivariana que está más viva que nunca», afirmó el presidente Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, al celebrar el proceso y el proclamado triunfo de sus partidarios en los comicios.
De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral (CNE), la participación fue de 42,6 por ciento, en un padrón electoral que cuenta con 21,5 millones de inscritos, una de las concurrencias más bajas en la historia del país, y que equivaldría a unos 8,5 millones de electores participantes.
Al distribuir los votos, el CNE dijo que, en la lista nacional de parlamentarios, el PSUV obtuvo algo más de 4,5 millones de votos (82,6 por ciento), y la suma de sus rivales algo menos de un millón, es decir un total de apenas 5,5 millones.
Mientras se despejan las inconsistencias sobre la participación efectiva de votantes y sobre los resultados, portavoces de la oposición dan cuenta de una participación mucho menor, afirmando que acudieron a votar menos de quince por ciento de los electores.
La principal líder de la oposición, María Corina Machado, quien desde la clandestinidad hizo enfáticos llamados a no votar, aseguró que en la jornada se abstuvieron 85 por ciento de sus compatriotas.
«Hoy los venezolanos volvimos a derrotar a este régimen criminal. Más del 85 por ciento de los venezolanos desobedecimos a este régimen y dijimos no», se ufanó Machado en un vídeo que divulgó en sus redes sociales.
Machado encabeza el sector renuente a participar en comicios hasta tanto no se reconozca que en la elección presidencial del 28 de julio de 2024 triunfó el opositor Edmundo González, exiliado en España, y no el actual gobernante, quien asumió el pasado enero un nuevo mandato de seis años.
En esa elección Maduro ganó con 53 por ciento de votos frente a 43 por ciento d González, según el CNE, aunque la oposición, mostrando actas de más de 80 por ciento de las mesas de voto, reivindica que su abanderado se impuso en una proporción de 67-30.
Para la elección de este mayo, el gobierno denunció que sectores extremistas preparaban actos de sabotaje, y en los dos días previos a la elección fueron detenidos unos setenta activistas opositores, entre ellos Juan Pablo Guanipa, otro dirigente que se encontraba en la clandestinidad.
Hace dos semanas, de un modo todavía envuelto en el misterio, cinco partidarios de Machado que estuvieron refugiados durante 412 días en la embajada de Argentina en Caracas salieron de esa legación y aparecieron públicamente en Estados Unidos junto al secretario de Estado de ese país, Marco Rubio.
La elección de este mayo se hizo para 286 bancas en la Asamblea Nacional legislativa -aunque la Constitución de 1999 establece que debe haber solo 167 bancas- y para las veinticuatro gobernaciones regionales que tiene el país.
Se agregó como nueva gobernación Guayana Esequiba, un territorio de 159.500 kilómetros cuadrados y que corresponde al occidente de la actual Guyana, sobre el cual Venezuela reivindica derechos con base en un acuerdo de 1966, mientras que Georgetown ha sometido la controversia a la Corte Internacional de Justicia.
Para la gobernación de Guayana Esequiba -ganada por un militar retirado inscrito en el PSUV- sufragaron los habitantes de dos municipios orientales que hacen frontera.
A la elección se llegó en un marcado clima de apatía por grandes sectores de la población, inmersos en problemas como constante alza del costo de la vida -inflación interanual de 170 por ciento-, aguijoneado por la acelerada depreciación de la moneda, el bolívar, y las fallas en servicios y suministros como electricidad y gasolina.
La oposición que apoyó a González el año pasado se mostró dividida frente a la elección de este mayo, pues mientras un sector abogó por la abstención, otro grupo de dirigentes hizo una coalición de última hora para acudir a los comicios.
El grupo fue encabezado por Henrique Capriles, candidato presidencial en 2012 y 2013, quien obtuvo un asiento en el parlamento, y por Manuel Rosales, candidato presidencial en 2006 y gobernador del occidental estado de Zulia, el más poblado del país, quien no pudo retener el cargo.
Un grupo de partidos -incluidos algunos de los tradicionales que actuaron en el siglo pasado- y cuyas directivas fueron intervenidas por el poder judicial para favorecer a oficialistas, presentó una lista que obtuvo 6,25 por ciento de los votos parlamentarios.
La coalición de Capriles, Rosales y otros opositores reunió 5,18 por ciento de los sufragios, y el resto fue a formaciones menores de carácter regional, principalmente.
El CNE aún no ha anunciado la composición del nuevo parlamento, aunque sí atribuyó veintitrés de las veinticuatro gobernaciones regionales al PSUV y solo una, en el estado de Cojedes –llanuras centrales- al actual gobernador, que encabeza su propio grupo regional adherido a la alianza de partidos intervenidos.
