España, país del turismo por excelencia, no está evolucionando en cuanto a destinos accesibles se refieren. El manual de turismo accesible publicado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) acusa que muchos viajes no se realizan porque no existen las suficientes condiciones de accesibilidad necesarias para las personas con movilidad reducida o discapacidades sensoriales.
Cerca de 5 millones de españoles padecen una situación que les impide caminar con normalidad y esta cifra va in crescendo por el aumento de la esperanza de vida. Aunque las personas no tengan una discapacidad, la edad no les permite sortear obstáculos, enseres, hacer excursiones, etc. Actualmente tanto las escaleras de acceso a los establecimientos, a los servicios, la falta de ascensores, las balizas en la calle, los árboles en la mitad de las aceras, obstáculos imposibles y otros elementos que impiden que las personas transiten de un lugar a otro o realicen un viaje.
Normalmente una de cada dos personas con discapacidad viajaría acompañada con lo cual, es un turismo, el accesible, que se considera multicliente porque la persona necesita ayudas y siempre la inversión suele ser alta y no se escatima en gastos.
España debe mantener las exigencias legales de la Convención de la ONU de los Derechos de las Personas con Discapacidad y no es de recibo que una organización como el IMSERSO tenga viajes que no sean inclusivos ni accesibles para las personas mayores dado que en ese sentido, serían en todo caso, viajes que discriminarían a las personas.
Otro gran problema a la hora de considerar un viaje accesible es que solamente 3 de cada 10 empresas tienen personal formado para atender a los clientes con una discapacidad o con necesidades especiales. Desconocer cómo tratar a una persona sorda impide muchas veces atenderle bien.
La accesibilidad universal de los establecimientos, bares, cafeterías, museos, hoteles, etc. dista mucho de lo que debiera corresponder según los datos del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) dado que el plazo para obtener el sello de accesibilidad era hasta el 4 de diciembre de 2017 y han pasado nueve meses sin que todos los establecimientos estén adaptados.
Entre los avances que tenemos que destacar en el turismo accesible, están los hoteles denominados accesibles en donde existen baños con barras de apoyo, diseño y altura necesaria en los cuartos de baño, información en braille en las cerraduras; sistema de voz en los ascensores con display para la sordera, despertador de alarma de incendios portátil por vibración, timbre lumínico, sujetabastones, sillas grúa en piscinas entre otros elementos necesarios para las personas con discapacidad que quieran viajar en igualdad de condiciones.
La especialización de las agencias de viaje en torno al turismo accesible es un formato que va in crescendo gracias a la tecnología y a sitios web accesibles que son fáciles de encontrar para las personas con discapacidad y sus respectivas familias.
Entre las razones para fomentar el turismo accesible está el derecho de todos los ciudadanos a acceder, utilizar y disfrutar de entornos, bienes, productos y servicios turísticos, así como la integración social, y la mejora de la imagen de las empresas que son socialmente responsables. Un negocio potencial en España que no conlleva una gran inversión económica y sí un gran servicio para la sociedad.