Es una fecha simbólica, se conoce como el “Día del agotamiento”, de la “superación” («Earth overshoot day» o Día del sobregiro): en cristiano, se trata del día en que los hombres hemos agotado todos los recursos naturales que la tierra tenía previsto renovar en el año 2019, lo que supone que viviremos “a crédito” hasta el 31 de diciembre, cuando el calendario se vuelva a poner a cero.
Para calcular la fecha, la ONG estadounidense Global Footprint Network (FN) tiene en cuenta la impronta de carbono, los recursos consumidos en la pesca, la ganadería, los cultivos, la construcción y la utilización del agua.
En esta ocasión, la fecha llega dos meses antes que hace veinte años, según los cálculos de GFN, que en su comunicado advierte que “la humanidad utiliza actualmente los recursos ecológicos 1,75 veces más deprisa que la capacidad regenerativa de los ecosistemas. Estamos desgastando el capital natural de nuestro planeta, mermando su futura capacidad regenerativa”.
En 1997, el planeta agotó sus recursos el 12 de noviembre; el 1987 fue un mes antes, el 12 de octubre; en 1997, el 30 de septiembre y hace doce años, en 2007, los recursos se agotaron el 15 de agosto.
Naturalmente, no todos los países alcanzan idéntico nivel de consumo, de hecho existen enormes desigualdades entre unos y otros : «Qatar agota sus recursos en 42 días mientras que Indonesia los consume en 342», asegura en otro comunicado WWF (Fondo Mundial para la protección del medio ambiente), que colabora con GFN en esta campaña: « Si todo el mundo, por ejemplo, viviera como los franceses necesitaríamos 2,7 planetas como la Tierra, y 5 si todos viviéramos como los estadounidenses”.
Las dos organizaciones recuerdan que “la naturaleza no es un yacimiento del que podamos sacar indefinidamente”, y que las consecuencia de este superconsumo de los recursos disponibles tiene consecuencia que ya son visibles. “Escasez de agua, desertificación, erosión de los suelos, caída de la productividad agrícola y de las reservas de pescado, deforestación y desaparición de especies” vegetales y animales.
Aunque no todo es pesimismo. Si creemos a WWF y Global Footprint Network, todavía « es posible invertir la tendencia”. En 2016 constataban que “las emisiones de CO2 relacionadas con la energía llevan varios años sin aumentar, lo que se explica en parte por el desarrollo de las energías renovables en electricidad”.