Tal y como prometió el presidente de México, Enrique Peña Nieto, en su cuenta de twitter, el profesor indígena toztil Alberto Patishtán, ha sido indultado y en la tarde del jueves 31 de octubre se presentó ante los medios de comunicación como un hombre libre.
Le acompañaba una larga lista de personas, además de sus hijos Héctor y Gabriela, a su lafo en la fotografía, tanto representantes de organizaciones solidarias y eclesiásticas, como antiguos compañeros de cárcel.
Cuando se supo que el indulto era inmediato, Héctor Patishtán confesaba que estaba muy feliz, pero a la vez “triste de ver cómo el sistema judicial es ineficaz para resolver problemas del país. De cómo a un indígena tzotzil, sabiendo perfectamente que es inocente, lo dejan estar en la cárcel purgando una condena de muerte de 60 años”.
Para Amnistía Internacional, la decisión del presidente de México de otorgar el indulto no debe ser solamente un reconocimiento tardío de la injusticia cometida contra él, sino que debe impulsar una revisión completa a los innumerables casos de juicios injustos.
Javier Zúñiga, asesor especial de Amnistía Internacional dice que “las cárceles de México están pobladas por incontables casos como el de Patishtán. Su liberación debe ser sólo el primer paso hacia una revisión total de los casos y a la adopción de medidas que pongan fin a la discriminación e inequidad en el acceso a la justicia”.
Por su parte, la Red TDT (Todos por el Derecho de Todos), compuesta por más de 74 organizaciones solidarias de 20 Estados, y cuya presidenta estuvo presente en el acto, expresó su preocupación por las enormes fallas del sistema de justicia mexicano. Dicen que, con el indulto, se corrobora que la justicia “es la gran ausente en este y otros procesos”, e insisten en que el Estado mexicano tiene un gran tema pendiente muy importante, como es el reconocimiento público de la inocencia de Patishtán. Para Red TDT, se le debe reparar el daño causado al profesor y a su familia.
Además, solicitan que se investigue los hechos que dieron lugar al encarcelamiento, y exigen a las autoridades que se haga de forma imparcial, permitiendo que sean identificados los verdaderos culpables, llevados ante la justicia y juzgados.
Sin embargo, la Secretaría de Gobernación parece que da por zanjado el asunto. En el comunicado emitido poco antes de permitirle salir del hospital donde se encontraba (los tratamientos de quimioterapia se los aplican en el DF), aseguran que el indulto es el resultado “de un profundo análisis jurídico y de las circunstancias que imperaron a lo largo del caso”.
Para sustentar el otorgamiento del indulto, informan, se identificaron indicios consistentes de violaciones graves a los derechos humanos, particularmente al debido proceso. Tampoco tienen empacho en decir que el Gobierno de la República reafirma el compromiso indeclinable con la protección de los derechos humanos y pone a las personas en el centro de todas las decisiones y las políticas públicas. El desarrollo pleno de los ciudadanos sólo puede darse cuando hay certeza en la ley y garantías de respeto absoluto a su integridad. Para terminar, se marca lo siguiente: el Gobierno de la República seguirá impulsando la modernización y armonización de nuestro marco jurídico, para que la actuación de las autoridades se someta en todo momento al respeto pleno a la dignidad humana y a los derechos fundamentales.
La realidad es que este indulto es el resultado de años de campaña por parte de Alberto Patishtán y de su familia, de sus abogados y del apoyo de personas y organizaciones de la sociedad civil. Pero no nos engañemos, si este hombre no tuviera el problema médico que tiene (tumor cerebral), aún seguiría en la cárcel. Al Gobierno de Peña Nieto no le conviene, en modo alguno, tener un mártir indígena.
Y si, de verdad, les preocuparan los derechos humanos, este ciudadano mexicano no habría estado en la cárcel ni un mes, pues se habrían abierto nuevas líneas de investigación del caso si se hubieran tenido en cuenta las declaraciones de quienes aseguraban que este hombre no estaba en el lugar de los hechos, entre otras cuestiones a tener en cuenta.
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