De Andy Warhol (John Lennon, Rolling Stones, Aretha Franklin) a Robert Mappelthorpe (Patti Smith, Sicissor Sisters), de Julian Schnabel (Elton John, Red Hot Chilli Peppers) a Damien Hirst (Red Hot Chilli Peppers, The Hours) pasando por Keith Haring (Bowie), Pablo Picasso (Vivaldi), René Magritte (Beck) y Victor Vasarely (Bowie), son muchos los artistas del siglo XX que han aportado su firma a las carátulas de álbumes musicales que con el tiempo se han convertido en piezas de culto, y deseo de coleccionistas.
En edición trilingüe –alemán, francés, inglés-, escrita por el musicólogo italiano residente en Nueva York Francesco Spampinato, la prestigiosa editorial Taschen ha publicado “Art Record Covers”, una historia del «artwork» desde los años 1950 hasta nuestros días, con más de 500 fotografías de las carátulas que llevan firma de autor. Un placer para los ojos y los oídos.
Francesco Spampinato es historiador, escritor y un artista de la cultura visual, profesor invitado en la Sorbonne Nouvelle de París y en el NABA (Nuova Accademia di Belle Arti) de Milán, profesor adjunto de arte contemporáneo en el Rhode Island School of Design (RISD) y pofesor adjunto en la neoyorquina Parsons School of Design, The New School. Sus artículos sobre arte contemporáneo, diseño, música, los medios de comunicación y la cultura pop aparecen en prestigiosas revistas: Apartamento, DAMN ° Magazine, DIS, Flash Art, Kaléidoscope, Moules, L’Uomo Vogue y Waxpoetics. Es autor de “Come Together: The Rise of Cooperative Art and Design” (Princeton Architectural Press, New York 2015) y “¿Puedes oírme? Etiquetas de música por Artistas Visuales”
Una tras otra, medio millar de carátulas están explicadas y analizadas para que entendamos mejor la estrecha relación que ha existido entre producción musical y creación visual. Desde «L’Arte dei Rumori» (El arte de los ruidos), manifiesto futurista del pintor y compositor italiano Luigi Russolo (1885-1947) publicado en 1913, a los «Rotoreliefs» (obras dimensinales y únicas de Marcel Duchamp) de 1925, o a los discos recto-verso del mismo Duchamp, el siglo XX ha presenciado el intercambio constante” entre sonidos y formas, símbolos y melodías” (Jean-Christophe Mary, bscnews.fr).
Reducidas hoy al formato de los 12 centímetros de un CD han perdido mucho del encanto que tenían las carátulas de singles y, sobre todo, LP, mientras que en los años 1960/70 la música se identificaba perfectamente con las muchas veces soberbias imágenes de las fundas de los discos. Dibujos, graffiti, collages, fotografías, nos hacían soñar incluso antes de sacar el vinilo de su interior y colocarlo en el tocadiscos. Podían incluso ser carátulas dobles que, una vez desplegadas, componían fantástios cuadros de 60×30. Por algunos de aquellos originales se pagan hoy fortunas en las subastas.
¿Quien sabe? quizá muchos de los que hace tiempo que ya nos teñimos las canas tenemos un tesoro escondido en nuestras estanterías, en nuestra discoteca personal y nostálgica. Para las estrellas del arte contemporáneo hacer carátulas de discos tenía que ver con su deseo de “meter un pie en la cultura popular» y “encontrar nuevos públicos a los que hacer llegar sus ideas” -escribe más o menos exactamente Spampianto, en la introducción de “Art Record Covers”- Antes de la Segunda Guerra mundial , los discos se vendían en fundas de cartón genéricas que se parecían a álbumes de fotos; de ahí viene lo de llamar “álbum” al disco”.
El concepto de “envoltura” distintiva la inició en 1948 un grafista estadounidense para el lanzamiento del primer disco de 33 revoluciones. A partir de ese momento, las grandes discográficas comenzaron a contratar equipos de grafistas y diseñadores para competir en un mercado que crecía como la espuma. El paso siguiente fué comprar licencias de grandes figuras del arte moderno como Picasso, René Magritte o Joan Miró.
En los años 1960 el pop art entra de lleno en las fundas de los discos. Las más famosas, sin duda, son las de “Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band” de los Beatles, creación de Peter Blake y su mujer de entonces Jann Haworth, y el álbum de “Velvet Underground con Nico”, que fue la primera “obra musical” de Andy Warhol quien, al mismo tiempo, presentaba la primera carátula “tuneada” e interactiva (la banana de Velvet se pelaba y aparecía un plátano carnoso y rosa muy sugestivo). Idea que retomó en la portada de «Stiky Fingers», de los Rolling Stones, donde se bajaba la cremallera de la bragueta de Mick Jagger. Ady Warhol firmó después carátulas de discos de John Lennon, Aretha Franklin y Paul Anka.
También han sido muchos los fotógrafos reconocidos que han firmado fundas de discos. Las más conocidas son, sin ninguna duda, las de los retratos que hizo Robert Mapplethorpe de su compañera y musa Patti Smith.
Sonic Youth es el grupo que más ha utilizado las obras de artistas contemporáneos en sus carátulas –escriben en Culturebox, el suplemento cultural diario del canal internacional France 24- Entre otras la de Mike Kelley para «Dirty», Richard Prince para “Sonic Nurse”, Gerhard Richter para «Daydream Nation» y Marnie Weber para «A Thousand Leaves». «De esta forma, ofrecemos a un público amplio la posibilidad de contemplar algunas obras que de otra manera le resultarían inaccesibles», explica la cantante, bajista y guitarrista Kim Gordon, en una entrevista que aparece en el libro: «Eran casi más pequeñas ready-made que fundas de discos».
En «Arts Records Cover”, auténtico libro-objeto de gran formato, se encuentran trabajos sorprendentes de Damien Hirst, hieroglifos urbanos de Jean-Michel Basquiat para su propia productora Tartown, el graffiti de Banksy para la portada del grupo de rock Blur o una mariposa pintada por Salvador Dalí para el álbum “Lonesome Echo” de Jackie Gleason. Cada obra va acompañada de una ficha descriptiva con el nombre del artista, el intérprete, la discográfica, la fecha de publicación y algunas explicaciones sobre la obra de arte original.
- Art Record Covers
448 páginnas
Editions Taschen
49,99 €