Un estudio del Banco Mundial, publicado el 27 de febrero de 2019, indica que todavía queda bastante camino por hacer en lo tocante a la igualdad entre hombres y mujeres porque en una panorámica mundial, las mujeres solo tienen tres cuartas partes de los derechos que disfrutan los hombres.
«Si las mujeres dispusieran de las mismas oportunidades (que los hombres) permitiéndoles alcanzar su pleno potencial, el mundo sería no solo más justo, sino también más próspero», comenta Kristalina Georgieva, presidenta interina del Banco Mundial, quien en el comunicado subraya que son muchos los países que están efectuando reformas “en el buen sentido”, pero que todavía hay “2700 millones de mujeres en el mundo que no tienen las mismas oportunidades que los hombres en materia de empleo”.
Este índice de la desigualdad entre hombres y mujeres se ha sacado de un estudio titulado «Mujeres, empresa y ley 2019: una década de reformas», que contempla los datos recogidos en los últimos diez años en 187 países, teniendo en cuenta ocho indicadores que, en teoría, miden los derechos de hombres y mujeres.
El estudio concluye que los progresos son notables ya que en 131 países se han adoptado 274 reformas mediante leyes o normas que permiten integrar mejor a las mujeres. El banco Mundial añade que países como Bolivia o las islas Maldivas, entre otros, han adoptado leyes contra el acoso sexual en el trabajo, lo que supone una mayor protección para dos mil millones de mujeres.
Veintidós países han terminado con las restricciones impuestas a las mujeres, que de hecho las descartaban de algunos sectores de la economía. De ellos, cinco países europeos consiguen matrícula de honor en este terreno, al haber conseguido que «hombres y mujeres tengan los mismos derechos en los aspectos medidos”: se trata de Bélgica, Dinamarca, Francia, Letonia y Suecia. 56 países no han avanzado absolutamente nada en estos diez años.
Por regiones, los mayores progresos se han efectuado en el Sur de Asia, seguida del Sudeste asiático y el Pacífico. América Latina y el Caribe consiguen un segundo nivel importante entre los países emergentes y en vías de desarrollo.
Por el contrario, Oriente Medio y el norte de Africa registran el nivel más bajo en materia de igualdad, si bien el Banco Mundial destaca algunos cambios esperanzadores, como la adopción de leyes contra la violencia doméstica, especialmente en Argelia y Líbano.