Irene
Hace tres años, mi esposo sufrió un accidente cardiovascular. Era irreversible el daño pero yo no lo quise admitir.
Durante tres años mi vida consistió...
Sueños del confinamiento
Mi amigo Félix murió el pasado otoño con 64 años en la ciudad de Palencia. Murió de neumonía cuando todavía no se hablaba del...
Madrid, de Tirso de Molina a Las Vistillas: vino y deseo
Es lo que tiene vivir en el centro de Madrid, en la mismísima “almendra central”, que no te pierdes una. No te dejan. Sobre...
Amores y altares
Teresa Gurza
Con motivo de las celebraciones de Todos Santos y Muertos, a los mexicanos nos encanta poner en casas y panteones altares cubiertos con...
La cascara de plátano
Isabel Hernández Madrigal
Iba paseando por la calle y la vi. Estaba ahí tirada, en medio de la acera, una cáscara de plátano amarilla con...
Mi padre y el hombre de los nitratos de Chile II
No se veía a nadie por los alrededores y todo el campo brillaba con un sol abrasador. Mi padre manejaba la guadaña y con...
Judibana, una de las primeras heroínas venezolanas
Soy Judibana, princesa del pueblo caquetío, hija de Yanara y del cacique Manaure. Nací en el territorio que en 1527 se llamaría Coro. A...
Madre divorciada en Marruecos: Y no pasa nada
Adaia Teruel
Souad tiene dos hijos. Cada uno, de un hombre distinto. Souad es madre soltera. Y es que a pesar de que en Marruecos...
Reclamación: nadie se suicida de felicidad
Isabel Hernández Madrigal
Nunca pensé que una vez muerto tendría que dirigirme a una Oficina de Reclamaciones, es más, ni siquiera imaginé que la hubiera....
Carta a la madre
Maite Pérez
Recordando la “Carta al padre” de Kafka
Querida madre:
Acaban de traer noticias tuyas y, desde el otro extremo del mundo, pienso en ti. Recuerdo...