Tres días antes de su estreno nacional, hemos podido disfrutar en los Cines Zoco de Majadahonda de un pase en primicia de la última película de Carlos Iglesias, 2 francos 40 pesetas, y de su asistencia al final de la proyección para mantener un interesante coloquio con los espectadores.
La sala estaba a rebosar.
Carlos Iglesias ha sido la primera persona relevante del mundo del cine que ha apoyado este proyecto privado que surgió de un sueño tras el cierre de los Cines Renoir en Majadahonda, para mantener aquella realidad cultural. Sueño transformado en espléndida realidad gracias al trabajo intensivo de unas cuantas personas, algunas relacionadas con el mundo del cine y la comunicación, y un número de socios que ya se acerca a los 1500.
La película, presenta a los mismos personajes de 1 franco 14 pesetas, siete años después, en 1974. Martín y su familia vuelven a Suiza para ser padrinos de un nuevo hijo de Marcos y Mari Carmen. Pablo, su hijo, ahora de 18 años, viaja con un amigo en el recién estrenado sistema de inter-rail, dos muchachos abiertos a todas las experiencias que se presenten. En España vuelve a haber crisis, las cosas en Suiza ya no son igual, la edad de Martín es ahora un problema. Todo en clave de comedia, aunque no todo lo que sucede es comedia, pero ya nos dirá Carlos en el coloquio todo lo que se puede contar en clave de comedia. La película muy divertida, tambien hace reflexionar.
Carlos Iglesias. ¿Habéis visto “1 franco 14 pesetas”? – Toda la sala, llena, la ha visto.- Pues sí que se ha visto la película. Para mí fue una gran sorpresa, no podía imaginar que una película sobre la emigración despertara tal interés, no solo en España y Suiza, en todos los 45 países en los que fue distribuida. Hice una película modesta, que contaba a través de mi infancia las experiencias de muchos españoles que emigraron, regresaron y las de algunos que se quedaron. En 2007 sentí la necesidad de contar mi infancia en Suiza, un país verde, de montañas y valles, lagos y ríos muy limpios. Uzwill era un pueblo pequeño, tranquilo, donde en invierno te movías en trineo y en verano en bicicleta, con casas confortables, un ambiente escolar que disfruté muchísimo. Mi experiencia de regreso a los 13 años fue traumática, en un Madrid en pleno agosto a 40 grados de temperatura, en el barrio de San Blas, lleno de ruidos, donde no había verde ni en los parques. Me sentí muy mal…
P. Y ahora has sentido la necesidad de seguir contando aquella historia?
CI. Hacía tiempo que mis productores me pedían que contase qué fue de aquellos personajes reales, como evolucionaron… Y también después de Ispansi me apetecía hacer una comedia. La verdad es que 2 francos 40 pesetas estaba hecha en mi mente. He mentido y transformado poco, el 85% de las situaciones que se narran son ciertas. Incluso el evasor de dinero en maletines, del Opus, es un personaje real y es cierto que le gustaban las señoras mayores bien plantadas. Esto ya fuera de la película, el hombre siguió evadiendo capitales por el mismo sistema, hasta que una vez, en Ginebra, dejó el maletín en el coche mientras iba a hacer algo y ¡le robaron el coche! El cura que canta flamenco existió y era muy querido por los españoles, y es cierto que cuando bebía un poco se desmadraba. En la Suiza de los sesenta y setenta nadie sabía lo que era el flamenco, quizá hoy sí, pero entonces cuando el Padre se soltaba la melena se preguntaban porqué daba esos gritos, pensaban que estaba enfermo…Pablo y su amigo representan la generación joven de los setenta, abiertos, ávidos de nuevas experiencias, alguna tan inesperada como la que viven con las chicas hippies. Las abuelas viajando a Suiza sin saber la una de la otra, creando situaciones delirantes pero muy auténticas… Esos españoles jóvenes se parecen mucho a los otros europeos. No era así cuando Martín y Marcos emigraron años antes, se notaba a la legua que eran españoles, unos españoles muy diferentes. Y hoy en día todos nos parecemos mucho.
P. ¿Se puede contar en una comedia lo mismo que en un drama?
C.I. En una comedia se puede contar absolutamente todo lo que pueda contarse en un drama, incluso se puede llegar mucho más lejos, sin hacer daño, sin agredir, un ejemplo es como está tratado en la película el evasor del Opus. O el tema de Hanna y su hija a lo largo de esos años.
P. ¿Cómo empezaste a dirigir?
C.I. ¿Como empecé a dirigir? En 1 franco 14 pesetas, el productor me obligó a dirigirla, hasta llegó a decirme ‘si tú no la diriges no la hago’, tú eres quien conoce la historia porque la has vivido y nadie puede dirigirla como tú. ¡Ahora ya no me lo quitan! Cuando eres guionista y director, cuentas lo que quieres contar y como lo quieres contar. Os diré que 2 Fr. 40 pesetas, es un homenaje a mi padre que falleció hace tres años. Como nos parecemos mucho, en el rodaje en Suiza hubo quien me confundió con él.
P. ¿Como coordinas las tres funciones de actor, guionista y director?
C.I. Pues disfrutando mucho, muchísimo de mi trabajo. Trabajas en esos paisajes, con esos actores…Os diré que el protagonista y el director suelen entenderse muy bien. ‘ A ver Carlos, quiero que esto le hagas así o asá y yo le digo , pues mira Carlos ¿no te parece que…?’ Con el director de fotografía lo mismo, le digo cómo he soñado la secuencia, me fio de él, trabajamos en equipo. Cuando tropezó a 2500 metros de altura, antes que salvarse él le interesaba salvar la cámara…Imaginaros como vivimos aquello, que afortunadamente acabó bien, ¡se salvaron los dos, la cámara y él!
P. ¿Va a funcionar igual de bien la continuación de la historia?
C.I. Quiero creer que sí, salimos bien, la película está en salas muy buenas , la publicidad está organizada para llegar a 4 millones de personas…Cuando hice 1franco 14 pesetas, la hice de forma atípica, contándola al revés, todo iba bien en Suiza y todo eran problemas al volver. Yo era un niño suizo de 13 años, me había criado en un ambiente amable, entre ríos y lagos limpios, en invierno me movía en trineo, en verano en bici. Allí siempre que oia hablar de Madrid, era de la Gran Vía, del barrio de Argüelles donde había nacido, pero al volver nunca ví la Gran Vía ni el barrio de Argüelles, me llevaron al barrio de San Blas, en pleno mes de agosto, con un calor espantoso, ruido por todas partes…Sentí una nostalgia brutal, todo era gris, feo, parques sin yerba…sigo sufriendo nostalgia de Suiza, donde puedo dejar el coche abierto, mi casa abierta…
P. ¿Porque no volviste allí?
C.I. Porque hubiera partido el corazón a mi padre, luego tuve una familia…Disfruto muchísimo volviendo a Suiza con frecuencia. El año pasado, la preparación y el rodaje de 2 francos… duraron doce semanas, se me hizo corto, hubiera querido alargarlo más, ¡pero el productor no me dejó!. Disfruto presentando la película en Suiza… La verdad es que aquí en España, hago vida de suizo, como si estuviera allí. Aunque os parezca raro, es más fácil hacer amigos allí que aquí. Puedes pasar un mes en Sevilla, saliendo con gente, yendo a sus casas, pero cuando te vas no has hecho ni un amigo. Alguno de mis amigos extranjeros me dicen que tras un año en Madrid no han hecho un amigo con quien hablar en confianza…
P. ¿Fue dificil contratar a los mismos actores?
C.I. Tuve mucha suerte porque resultó que todos querían continuar la historia. En el caso de Javier Gutierrez, que tuvo que compaginar dos rodajes, estuvo encantado, me dijo que desde 1 franco 14 pesetas, nada le había dado tanta satisfacción. Me dijo, ‘voy donde quieras, me pagas lo que quieras, no me perdería por nada volver a estar en la piel de Marcos.
P. ¿Y Hanna?
C.I. Hanna es Isabel Blanco, una gallega nacida en Berna, que vive en La Coruña, es una excelente actriz y muy buena gente. Ella siempre bromea que estuvo primero en la TV gallega y luego en el cine, gracias a hablar gallego y switzerdeutch, ¡algo inimaginable!
P. ¿Habría hoy trabajo en Suiza para jóvenes españoles muy cualificados?
C.I. Hay trabajo en Suiza, pero los asusta mucho que vaya mucha gente. Es un país muy pequeño con un 70% de alta montaña. Se puede intentar.
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