El Museo del Prado trae a Madrid El arte de Clara Peeters, una exposición coorganizada con el Museo Real de Bellas Artes de Amberes y en colaboración con el gobierno de Flandes. Esta es la primera vez que el Prado en sus doscientos años de historia organiza una exposición dedicada a una mujer y para ello ha elegido a Clara Peeters, pintora flamenca del siglo XVII y una de las iniciadoras del bodegón o naturaleza muerta. Buena elección, teniendo en cuenta que Clara Peeters fue una de las escasas mujeres europeas que se dedicaron a la pintura a lo largo de la Edad Moderna.
Hay muchos datos inciertos sobre Clara Peeters, empezando por las fechas de su nacimiento y de su muerte. La primera se sitúa hacia la última década del siglo XVI en Amberes. No se conocen obras suyas más allá de los años veinte del XVII, aunque su fallecimiento parece datado en 1557 en La Haya, aunque sin documentar. No se conocen datos relativos a su formación, pero parece haber sido una artista precoz, con una primera obra a los catorce años, Bodegón de galletas. Se supone que pudo haber pintado en Amsterdam y La Haya; tampoco hay certeza sobre la fecha de un matrimonio tardío, hacia 1639 en Amberes; y parece que hubo una última pintura, hoy perdida, firmada en 1657. Sí hay bastante certeza en cuanto a su periodo más activo, por sus obras firmadas entre 1607 y 1621. Nunca apareció citada en el gremio de pintores de Amberes pero si aparece en un documento como pintora de Amberes. Sin duda su obra estuvo infravalorada a causa de su sexo. Vivió en una época en que a las mujeres, por el hecho de serlo se las cerraban muchos caminos.
Precisamente la escasez de referencias documentales convierte la obra de Clara Peeters en una extraordinaria fuente de información para su redescubrimiento como pintora que formó parte del siglo de oro del arte europeo, y como contemporánea de insignes pintores holandeses y flamencos como Brueghel el Viejo, Rubens, Snyders y Van Dick. La amplia presencia de su obra en colecciones de Rotterdam, Amsterdam y Madrid sugiere que trabajaba de forma totalmente profesional, lo que implica sin lugar a dudas la rentabilidad económica de su obra, como dan a entender los cuatro bodegones de la colección permanente del Museo del Prado, procedentes de la colección de la reina Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V.
Mujeres artistas del siglo XVII
Siempre a lo largo de la historia se han producido excepciones a la regla, sobre todo cuando se trata de mujeres que supieron superar casi todos los obstáculos que un determinado tipo de sociedad les imponía. En el caso de las pintoras se enfrentaron a limitaciones como el aprendizaje del dibujo anatómico a partir de modelos vivos, masculinos y desnudos, lo que imposibilitaba su acceso a las mujeres y las limitaba al bodegón y al retrato. Otro elemento de superación fue el hecho en bastantes casos de ser hijas de pintores, lo que facilitó su formación en su propia casa.
Tal fue el caso de la pintora del siglo XVI, Catharina van Hemessen, nacida en Amberes, primera mujer artista flamenca y una de las primeras en Europa. Hija del pintor Jan Sanders van Hemessen, pudo formarse en casa. Fue una notable retratista.
Caso diferente fue el la aristócrata italiana Sofonisba Anguissola, que a los veintisiete años se estableció en la corte de Felipe II. Fue dama de honor de la reina Isabel de Valois y de su hija la infanta Isabel Clara Eugenia. Su talento artístico fue particularmente apreciado por Felipe II, hecho que influyó notablemente en su reconocimiento social en España, ya reconocido previamente en Italia.
Artemisia Gentileschi fue una de las pintoras más reconocidas del siglo XVII, por el rigor de su dibujo y su impronta dramática tomada de Caravaggio y por su propia historia personal. Fue hija del famoso pintor toscano Orazio Gentileschi, representante de la escuela romana de Caravaggio.
Otras pintoras de los siglos XVI y XVII fueron también hijas de pintores, entre ellas Lavinia Fontana, Fede Galizia, Isabel Sánchez Coello, Levinia Teerlinc y Elena Recco.
La mayor parte de las obras de Clara Peeters son escenas de desayuno, en las que objetos preciosos de metal y cerámica se muestran junto a flores, frutos, piezas de pesca o caza, creando exquisitos conjuntos de armonía de composición y color. Su pintura es también extraordinariamente minuciosa, incluyendo los que se suponen pequeños autorretratos reflejados en lujosos vasos de metal. Minuciosa también y realista en las texturas y quizá como apunta alguno de sus estudiosos, en los símbolos religiosos, singularmente en el Bodegón con un pez y un gato del Museo Nacional de Mujeres Artistas de Amberes, en el que el pez, símbolo de Cristo, aparece colocado en forma de cruz. También, en la hoja de tres cuchillos de plata que incluyó en algunas de sus obras, aparece escrito su nombre y una marca de la ciudad de Amberes. Estos cuchillos, eran con frecuencia regalos de boda por lo que podrían ser un recuerdo de su propio matrimonio, pero sin documentar.
La exposición
La exposición incluye los cuatro bodegones de la colección permanente del Museo del Prado, lo que le convierte en referencia internacional para el estudio de su obra. En total se exponen las quince mejores obras de la escasa producción documentada de la artista, unas cuarenta pinturas, con las que el Prado se propone destacar los logros del estilo de esta pintora, un estilo que muestra la apariencia real de las cosas y que se hace eco de un espíritu emprendedor y mentalidad vanguardista, ya que en la primera década del siglo XVII, solo unas pocas obras del género bodegón formaban parte de las colecciones de los Países Bajos Meridionales. Por otra parte fue pionera de un realismo como alternativa al idealismo característico del Renacimiento.
Los bodegones expuestos, fechados entre 1611 y 1621, proceden de seis colecciones particulares, tres museos del norte de Europa, uno de Inglaterra, uno de Estados Unidos y los cuatro del Prado. Son obras que ponen de manifiesto los usos y costumbres de las clases más prósperas del periodo representado. Además de dulces, vinos y frutas, Peeters fue la primera artista en incluir el pescado en sus composiciones, como se puede ver en Bodegón con pescado, vela, alcachofas, cangrejos y gambas; los primeros bodegones dedicados al tema de la caza, una actividad exclusivamente aristocrática, como en Bodegón con halcón peregrino y su presa. Conchas valiosas por su origen exótico y gran belleza en Bodegón con pastel, taza de plata con dulces, porcelana, conchas y ostras. Pinturas con objetos que son símbolo de riqueza, buen gusto, educación y cultura, entre otros la porcelana, las copas y tazas de plata dorada, el vidrio soplado y los saleros de plata.
Clara Peeters a menudo incluyó, en sus cuadros, autorretratos reflejados en las superficies de jarras y copas. Estos retratos, apenas visibles, aparecen en al menos ocho de sus obras, de las cuales, seis se pueden contemplar en esta exposición. En Bodegón con flores, copa de plata dorada, almendras, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre los reflejos en la copa de plata y la jarra de peltre muestran a la artista con un tocado, un gran cuello y un vestido de hombros altos. También en Bodegón con pescado, vela, alcachofas, cangrejos y gambas; Bodegón con arenque, cerezas, alcachofa, jarra y plato de porcelana con mantequilla; Bodegón con quesos, almendras y panecillos, y Bodegón con quesos, gambas y cangrejos de río muestran tan solo la cabeza de la artista reflejada en las tapas de las jarras. Bodegón con flores, copas doradas, monedas y conchas refleja, en la superficie de la copa de la derecha, hasta seis autorretratos en los que se representa con pinceles y paleta reafirmando su condición de mujer pintora y animando al espectador a reconocer su existencia.
La exposición y el catálogo que la acompaña suponen el estudio más actualizado hasta la fecha sobre su vida y su obra, situando a Clara Peeters en el contexto cultural y artístico de Amberes y poniendo también el foco de atención en la situación de las mujeres artistas a principios de la Europa Moderna, cuando los prejuicios generalizados les cerraban muchos caminos.
- Ficha de la Exposición:
- Título: El arte de Clara Peeters
- Sedes: Museo Real de Bellas Artes de Amberes y Museo Nacional del Prado, Madrid.
- Fechas: 25 octubre 2016 a 19 febrero 2017.
