Se utilizaba nieve de la sierra de Aitana para refrescar las bebidas y las frutas eran servidas como entrante
Dentro del programa de actividades en torno a la exposición Dénia, 1612, viure a la ciutat (“Dénia, 1612, Vivir en la ciudad”) con motivo del 400 Aniversario de la concesión del Título de Ciudad, el pasado jueves 6 de junio se celebró En el Centre d’Art l’Estació, sede de la muestra, una charla a cargo de la archivera municipal, Rosa Seser, sobre las costumbres gastronómicas del siglo XVII, con la asistencia de la concejala de Cultura, Pepa Font, y numeroso público.
Antes de comenzar la conferencia, se ofreció a los asistentes una degustación de clarea, una bebida a base de vino blanco con especias muy popular en la época que se preparó especialmente para este evento.
En su charla, Seser expuso la evolución de la cocina mediterránea y la aparición, a finales del siglo XV, del popular Llibre del Coch, de Rupert de Nola, el primer libro de cocina de España, editado el año 1520 y que influyó en la cocina de los siglos XVI y XVII.
Posteriormente, la archivera fue explicando las diferencias entre las comidas de ricos y pobres, los problemas de conservación, el uso de las especias y las novedades gastronómicas de este tiempo, como el gusto por la fruta acuosa, como las naranjas o melones, que se tomaban como entrantes; la preferencia por el pan blanco y la pierna de carnero, aunque la cola del animal era lo más apreciado, así como la pasión por los dulces y el azúcar.
El abasto de nieve era un lujo caro que Dénia ya tenia en el siglo XVII. Con la nieve de la sierra de Aitana se refrescaban frutas y bebidas, como la clarea y las aguas aromatizadas con rosa, canela o limón que se tomaban en las fiestas y recreos.
Receta de la clarea
“La verdad es que no se me ocurrió buscar en programas de cocina; me parecía demasiado antiguo”, respondió Rosa Seser a nuetra pregunta sobre el origen de la receta de la clarea ofrecida al público. “Hice la prueba con un vaso de vino blanco”, comentó, “y según el resultado ajusté las medidas”.
La receta que ella preparó lleva:
750cl de vino blanco (mejor que no se muy seco),
1 de canela en rama,
15 clavos,
1 cucharadita y media de jengibre,
5 cucharadas grandes de miel.
Y estos son los pasos de la preparación:
“Para disolver bien la miel lo puse al fuego. Si no, cuesta un rato de mover. Luego se queda mucho poso, aunque la receta antigua lo filtra con tela. Yo, primero lo decanté dos veces y al final lo filtré. La verdad si se decanta con cuidado no hace falta filtrar.”
“La bebida resulta fuertecita de especias pero se puede beber”, afirma la archivera en su papel de anfitriona y mujer barman. “Si hubiese buscado me habría evitado el ir probando, pero el experimento fue divertido.”