Cada vez que escribo sobre un tema sugerido por los lectores me siento doblemente satisfecho, pues, por un lado, se me facilita la selección y, por el otro, me doy cuenta de que mi trabajo de divulgación periodística no ha sido en vano.
De manera regular recibo inquietudes de personas preocupadas por el buen decir, que por lo general utilizan el lenguaje como herramienta básica de trabajo, lo cual evidencia que, a pesar de que a muchos no les agrada el asunto gramatical, hay un marcado interés por escribir y hablar de mejor manera. En la medida de mis posibilidades les doy respuesta a los consultantes, por muy sencilla que sea la respuesta.
Ha habido ocasiones en las que de manera involuntaria he olvidado responder, y por eso pido disculpas, pues la razón de ser de esta publicación es aclarar dudas y aportar conocimientos para un mejor uso de la comunicación oral y escrita, por muy ingenuos que sean los planteamientos. Hace pocos días recibí una misiva del abogado Pedro Chapón sobre el uso de los dos puntos, la cual me ha dado pie para escribir sobre ese asunto que, aun cuando es relativamente fácil, no deja de generar dudas. El nombrado jurista, lo he dicho en muchas ocasiones, es un preocupado por el buen decir y un convencido de que nunca se termina de aprender.
Para ilustrar su planteamiento, Chapón hizo una cita textual en la que aparece un punto y coma como usurpando la función de los dos puntos: “El supuesto bienestar económico del que esa nación se enorgullece, está determinado fundamentalmente por tres factores; la mayor industria de producción y tráfico de drogas del mundo, el saqueo a Venezuela, y la descarga que representa para el fisco colombiano el no tener que atender a la más numerosa población de desplazados del planeta”.
También le preocupa a mi estimado amigo el uso de “este” y “ese”; pero solo me referiré al uso de los dos puntos, sin descartar, por supuesto, que posteriormente pueda dedicar un comentario para satisfacer su otra inquietud y la de algunos redactores profesionales que en vez de los dos puntos, utilizan punto y coma, y lo hacen porque ignoraran la aplicación de los primeros. Es por eso que, salvo contadas y honrosas excepciones, los dos puntos no aparecen en el periodismo informativo.
La mayoría de los autores coinciden en apuntar que los dos puntos son un signo de puntuación que se usa para llamar la atención o hacer una pausa enfática sobre lo que sigue. La gama de uso es amplia, toda vez que se emplean en enumeraciones, estructuras sintácticas con un elemento anunciativo, en discurso directo, oraciones yuxtapuestas, conectores, así como en títulos, cartas y documentos. Cuando se lo usa para enumerar, siempre tiene un carácter explicativo y un elemento anunciativo: “El examen consta de dos partes: una prueba oral y otra escrita”; “En la mesa de trabajo se habló de varios asuntos: distribución de la gasolina, problemas de electricidad y la especulación con los precios en los productos de primera necesidad”.
Es anticipador, y se emplea en casos como: “Solo falta saber una cosa: quién irá a hablar con el director”; “Ha ocurrido lo que se esperaba: la renuncia de los involucrados en la investigación”; “Lo peor de todo fue eso: lo largo del discurso y la falta de solidaridad los que asistieron al acto”; “Te lo aconsejo: no es nada fácil”; “Hay cosas que no se deben confundir: el deseo no es amor sincero”; “De una cosa estoy seguro: no lo lograrás convencer al jurado”.
Su uso es fundamental en diálogos y citas textuales: “Luego de enjugarse dos lágrimas, me dijo: Está bien, tienes razón”; “En la prefectura me preguntaron: ¿Qué es lo que realmente necesita?”; “Como lo dijo el gran Gabo: “Aunque se sufra como un perro, no hay mejor oficio que el periodismo”.
En oraciones yuxtapuestas tiene tres modalidades: Causa y efecto: “No hay solución: se suspenderá la sesión”. Conclusión o consecuencia: “Hubo muchas objeciones al proyecto: al final no fue aprobado”. Verificación o explicación: “Es una gran propuesta: buen salario, primas, alimentación, transporte y un parque para los niños”. Oposición: “Esto no es mi consagración: es apenas el primer paso”.
Cabe acotar que los dos puntos cuando se emplea con conectores, sirven para explicar, resumir, ampliar y contrargumentar. Se usan en títulos, cartas y documentos; pero por razones de espacio, los ejemplos los daré la venidera semana.