La expresión cliente espía, indica Fundéu, es una alternativa válida en español para el anglicismo mystery shopper, que alude a la persona que, haciéndose pasar por cliente, realiza una compra o solicita un servicio para luego elaborar informes sobre cómo fue su experiencia a petición de la propia empresa o de un órgano supervisor.
En los medios de comunicación empieza a ser frecuente el uso de este anglicismo en frases como «La Comisión Nacional del Mercado de Valores enviará ‘mystery shoppers’ a las entidades bancarias para comprobar su funcionamiento» o «La multa es de las más altas y se impuso tras una investigación con mystery shoppers».
El plural de cliente espía puede ser tanto clientes espía como clientes espías, de acuerdo con la Nueva Gramática de la lengua española.
Otras fórmulas como inspector de incógnito pueden ser igualmente válidas si se pretende hacer hincapié en la verdadera naturaleza del enviado y no en la apariencia que adopta. No es apropiada, en cambio, la forma cliente de incógnito, ya que lo que esas personas pretenden ocultar no es su faceta de clientes, sino la de inspectores.
Respecto al modo de denominar la actividad, que en inglés se denomina mystery shopping, puede emplearse inspección de incógnito o, si se opta por la primera fórmula, paráfrasis como la técnica del cliente espía.
De ese modo, en los ejemplos anteriores, habría sido preferible escribir «La Comisión Nacional del Mercado de Valores enviará clientes espía a las entidades bancarias para comprobar su funcionamiento» y «La multa es de las más altas y se impuso tras una investigación con inspectores de incógnito».