Una reciente investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona ha recomendado utilizar un programa sistemático de cribado para la enfermedad de Chagas y la infección por estrongiloidiasis que provoca el parásito intestinal conocido por Strongyloides stercoralis.
Estas enfermedades frecuentes en Latinoamérica están desatendidas y comparten una importante carga epidemiológica similar que resultan de infecciones crónicas con alta morbilidad y mortalidad. La enfermedad de Chagas causada por el parásito Trypanosoma Cruzi, y la estrongiloidiasis causada por el helminto S. Stercoralis, son actualmente enfermedades que no están abordadas correctamente.
El estudio sugiere que los pacientes que padecen estas dos infecciones proceden de lugares en donde existe una importante deficiencia del sistema sanitario y también el factor socioeconómico en el que se ven inmersos está sujeto a poblaciones rurales o con pocos recursos que no siempre trata estas infecciones.
En España, migrantes latinoamericanos que han consultado en el servicio de enfermedades tropicales llegan al país con algunas variables epidemiológicas sujetas a este tipo de infecciones. El beneficio de hacer un cribado sistemático para Chagas en adultos que viven en Europa es necesario aunque los pacientes no tengan síntomas específicos. La alta prevalencia de estrogiloidiasis en pacientes infectados por T. Cruzi debe considerarse también y se debe hacer un cribado combinado para adultos latinoamericanos que viven fuera de sus países de forma que tuvieran tratamiento y no desarrollaran otras enfermedades.
La enfermedad o mal de Chagas se propaga por la picadura de los insectos redúvidos, o triatominos (chinches) y es uno de los mayores problemas de salud en Latinoamérica. Por otro lado la estrongiloidiasis es una infección por Strongyloides stercoralis que produce exantema y síntomas pulmonares (tos y sibilancias), eosinofilia y dolor abdominal con diarrea. El diagnóstico se basa en el hallazgo de larvas en heces, contenidos del intestino delgado o, en ocasiones, esputo, o a través de la detección de anticuerpos en la sangre. El tratamiento se realiza con ivermectina o albendazol.
- Este estudio ha sido publicado en la revista Plos One en el mes de enero.