El estreno en Francia de “Dalida”, sexto largometraje de la directora francesa Lisa Azuelos, ha tenido una acogida mitigada en la critica, cuando se cumplen treinta años de la trágica desaparición de este ícono de la canción popular. Las críticas más favorables destacan sobre todo la interpretación de la modelo Sveva Alviti, que encarna a la diva franco italiana de origen egipcio.
Personalmente, me ha parecido un biopic sin sorpresas, que viene a apuntalar la versión oficial de su querido hermano Orlando, sobre la vida, la carrera, el mito y la leyenda de Dalida. No diré que me ha decepcionado, pues aunque curioso por descubrir la película, me suponía que con un guión firmado por Lisa Azuelos en estrecha colaboración con Orlando, la trama iba a quedarse en lo que es: esa ilustración de la trágica leyenda de la cantante franco-egipcio –italiana, sobre la que se ha construido el mito de Dalida.
Ni transgresión, ni zonas de sombra en claro oscuro que nos permitan conocer mejor el personaje “real” de esta ficción. Mucho glamour, y un guion construido en forma de flash backs para ilustrar a través de las mejores canciones interpretadas por la artista, su carrera musical, sus amantes más conocidos y su trágico destino.
El glamour lo trae evidentemente la joven y esbelta italiana Sveva Alviti, escogida sin duda por su parecido con Dalida, su silueta y el trabajo de maquillaje permiten en efecto la reencarnación cinematográfica de la cantante. Aunque el rostro de Sveva es menos anguloso y yo diría con menos carácter que el de Dalida, la chica sale bien parada del difícil desafío en su actuación y en la realización de los playbacks que van puntuando cada una de las tragedias.
Lisa Azuelos ha escogido para este biopic el ángulo trágico y sicoanalítico desde las primeras escenas con su tentativa de suicidio a su suicidio definitivo a los 54 años de edad, con la voluntad de filmar el itinerario de una mujer libre y escandalosa para su época.
La difícil relación con su padre, detenido en Egipto por los ingleses y fallecido al regresar de un campo de concentración, las historias de amor y desamor con sus amantes más conocidos, tres de los cuales se suicidaron, o su aborto después de una relación amorosa con un joven de 18 años.
Y como testigo de todas esas tragedias y detalles sobre su vida privada: su hermano Bruno, más conocido como Orlando, excéntrico homosexual que se convirtió en productor de la cantante, tras la ruptura con las ediciones Barclay.
El personaje de Orlando está a cargo del afamado actor italiano Ricardo Scarmaccio, escogido también por su parecido físico, que interpreta con convicción, pero sin gran relieve el personaje de ese hermano “admirador ” y “protector” de Dalida, siempre dispuesto a darle buenos consejos, pero que resulta un poco liso y edulcorado.
Los otros personajes secundarios, diré que son mucho menos convincentes, desde sus amantes varios a cargo de Jean Paul Rouve, Nicolas Duvauchel, Alessandro Borghi o Niels Schneider, hasta Eddie Barcalay o Bruno Coquatrix, interpretados por Vincent Pérez o Patrick Timsit, que dan una patina de estudio a esa fallida tentativa de reconstruir una época.
Señalemos que la guionista, la actriz y realizadora francesa Lisa Azuelos, hija de la cantante Marie Laforet y del hombre de negocios marroquí Judas Azuelos, tiene en su haber ya seis largometrajes, entre ellos dos comedias sentimentales: “Lol” (2008) y “Un encuentro” 2014.
https://youtu.be/weHbB59w074
Celebro en todo caso que el cine francés se haya lanzado a hacer esta película, comercial y popular, de esmerada factura, con un guion flojo y previsible, que a pesar de todo lo dicho no tiene nada que envidiar a los biopics que nos llegan de Hollywood. La inteligente selección de los mejores éxitos de Dalida constituyen en todo caso una excelente banda musical.
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