Sala Guirau, Teatros Fernán Gómez, 26 de mayo de 2018. Un cuarteto impecable en la composición escénica en todo momento: La bailarina – bailaora madrileña Sara Calero, la cantaora granadina Gema Caballero, el guitarrista flamenco José Almarcha y la guitarra clásica de Pablo Romero Luis pusieron en escena por enésima vez –la obra lleva recorriendo el mundo desde 2014- este Mirar de la Maja que hace una panorámica musical –dancística por la suite para piano Goyescas de Enrique Granados, por músicas y bailes de la película Goyescas protagonizada por Imperio Argentina, y por fandangos, tientos – zambra, cañas, jotas y alegrías, la Danza V Andaluza de Granados y algo más.
Mucho se ha dicho ya por tanto de este trabajo, idea original ambas, bailarina cantaora, coreografiado por Sara Calero y con dirección musical de Gema Caballero. La bailarina, con amplia experiencia en el ballet de Andalucía y en el Nacional de España, creadora desde hace tiempo de universos propios, se asoma a imágenes femeninas inspiradas en la pintura de Goya, dotándolas de una sensación de misterio apoyada por la iluminación oscura y hermosos contrastes de luz creados por Agnethe Tellefsen.
Gema Caballero vuelve a mostrar la belleza y poderío de su voz, cuando canta flamenco y cuando no canta flamenco. Artista joven, interpreta lo popular como vanguardia y se sirve de ello para hacer un seguimiento, desde su visión personal, de otros argumentos musicales que potencian un sello en el arte que ya le es propio.
Y ellas dos unidas han creado este mundo de leyenda que es El mirar de la Maja, apoyadas por la guitarra flamenca de José Almarcha, músico nacido en Tomelloso, del que puede decirse que fue la guitarra la que vino a él y no al contrario. Desde los ocho años que tuvo su primer maestro y luego en el conservatorio de Córdoba, ha ido abriéndose camino por tablaos, peñas y festivales. Compone desde hace tiempo sus músicas, narra su infancia tomellosera en su primer disco Vejezate. Está abierto a otras músicas, rock, jazz. Su principal referente es ¡cómo no! Paco de Lucía. En este cuarteto se supera.
El intérprete de guitarra clásica Pablo Romero es un auténtico virtuoso, que en la noche madrileña del 26 de mayo en la sala Guirau de los teatros Fernán Gómez llegó al cielo con la Danza V Andaluza de Granados, fue el auténtico inspirador de la perfecta y bellísima danza de Sara Calero o mejor, la inspiración fue mutua. Todo un hito.
El Mirar de la Maja
El comienzo ya marcó un hito. Sara sentada, en un extremo de la escena, cubierta por un plástico transparente del que se fue despojando como una flor que se abre al mundo nuevo de principios del siglo XIX con la música de Goyescas de Granados. Cuando sale baila y es otro hito la elasticidad casi ilimitada del cuerpo de Sara Calero. Y surge el canto de Gema Caballero, poderoso, fiel al clasicismo de la suite.
Un solo de la guitarra clásica con la música de Granados completa este primer tiempo de aires clásicos. El flamenco hace su entrada poderosa con el Fandango del Candil y sigue con los tientos – Zambra de la Rosa de Manolo Caracol. Un solo de guitarra flamenca pone fin a esta segunda escena.
Sara cambiará de traje cuatro veces, Gema se mantiene con su traje pantalón negro y camisa blanca que tanto le gusta todo el tiempo. Y este es el tiempo de Gema que borda el romance, con recitado y canto, Cantos de una Doncella de Carolina Coronado en un precioso e intencionado estilo marchenero a tono con la guitarra flamenca también marchenera de José Almarcha.
No podía faltar la Caña, tronco primitivo de los cantes andaluces, con ese ritmo sostenido por la guitarra y el cante de la que la ahora bailaora Sara Calero hace una bellísima creación, recreándose en unas torsiones corporales casi increíbles. Ella sí sabe que su modo de expresión integra todas las posibilidades siempre a inspiración de la música.
La Danza V Andaluza, un dúo que fue una filigrana de la guitarra clásica de Pablo Romero y de la danza de Sara en íntima complicidad, fue otro de los grandes hitos de la noche, inspirador de silencios interiores en la sala Guirau.
Eso y el ballet de la Maja Desnuda, quizá la cumbre de la noche, por sus remembranzas de mujer misteriosa, noble o plebeya, sobre la línea divisoria de los dos siglos, XVIII y XIX, mujer en cambio, en uno de los múltiples pequeños cambios que han ido conduciendo hasta la mujer en libertad de hoy, no sin fatigas. Genial.
Del tiempo dedicado a Imperio Argentina, la ronda de jotas y las Alegrías, con el cuarteto al completo, el trío de cuerdas unido en una composición triangular, mientras la bailaora se mueve libremente por todo el escenario, haciendo bailar a la cola de su traje colorido en rojos y blancos como si tuviera vida propia…
Deliciosa noche y a la salida a celebrar la XIII Copa de Campeones del Real Madrid.
