Basada en los diarios de la inglesa Anne Lister, considerada la «primera lesbiana moderna», la serie de televisión Gentleman Jack, de ocho horas de duración (compuesta de ocho capítulos), es una absoluta obra maestra de cine (o lo que quiera que sean las series de televisión con voluntad de estilo).
La serie británica, estrenada en 2019, producida por BBC One y distribuida por HBO, ha sido dirigida por su creadora y guionista, Sally Wainwright, junto a Sarah Harding y Jennifer Perrott, y cuenta con una majestuosa interpretación de TODOS sus actores, encabezados por una soberbia Suranne Jones, inconmensurable como aquella terrateniente y escritora de diarios, que vivió entre los años 1791 y 1840, en pleno proceso de transformación incontenible (social, política y económicamente) del mundo capitaneado por su país.
Por su parte, esos diarios, bajo el título de Caballero Jack: los diarios de Anne Lister, han sido publicados en España por Ménades Editorial, con traducción de Carmen Álvarez Hernández, en marzo de 2019, pocos meses antes del estreno de la serie. La editorial dice al respecto:
“Lister también desafió toda convención relacionada con la sexualidad y las apariencias: vestía de negro de pies a cabeza con ropas de hombre, adoptaba maneras masculinas y no tenía reparos en ocultar sus relaciones con mujeres de la alta sociedad, alardeando de su poder de seducción y de su estilo de vida abiertamente lésbico hasta el punto de ser apodada Gentleman Jack.”
La serie británica está fotografiada con una belleza inusual, artística y cercana a un tiempo, por Matt Gray, y no puedo evitar mencionar a buena parte del extraordinario elenco actoral que acompañan memorablemente a la grandiosa Suranne Jones: Sophie Rundle, Joe Armstrong, Jessica Baglow, Amelia Bullmore, Rosie Cavaliero, Stephanie Cole, Peter Davison, Shaun Dooley, Vincent Franklin, Thomas Howes, Gemma Jones, Lydia Leonard, Jodhi May, Timothy West, Gemma Whelan, Anthony Flanagan, Daniel Weyman, Michael Xavier, Craig Thomas Lambert…
Una inconcebible frase salida de una ácida crítica de Gentleman Jack, me sirve para resumir lo que esencialmente me ha parecido esta maravilla tan equilibradamente loca y racional reflexión histórica, vital. Dice Kathryn Van Arendonk en Vulture algo con lo que coincido totalmente, si bien yo con más entusiasmo, que estas ocho horas de cine saben “comunicar lo inusual que fue Lister y cómo insistió en ser ella misma”, y escribe también algo que me hizo reír al leerla pues es exactamente lo contrario de lo que yo sentí y supe cuando la veía:
«Da la impresión de que no quiere indagar en las cosas que podrían reducir nuestra simpatía por la protagonista.»
Nuestra simpatía por la protagonista es directamente proporcional a la categoría humana que Anne Lister quiso verter en sus propios diarios y que Sally Wainwright quiso reproducir a sabiendas de que la aventura de vivir incluye dolor, amor y elecciones.
Yo ya estoy aguardando la segunda temporada de una obra en cuyo interior he podido ver el crecimiento imparable de la modernidad frente al periclitado mundo del Antiguo Régimen: una encrucijada humana de una descomunal envergadura donde las mujeres comenzaban a verse a sí mismas como lo que en realidad son, como lo que los hombres al parecer nos pasamos milenios tratando de evitar. Mujeres, algunas, tan peculiarmente singulares y estremecedoras como aquella Gentleman Jack, Anne Lister, un ser humano ahora grabado en la conciencia de la humanidad.