En España, día festivo equivale a fiesta religiosa católica
«En una sociedad en constante cambio, pero que ve aumentar peligrosamente el fundamentalismo, es necesario reafirmar los derechos fundamentales de todo ser humano, salvaguardando el respeto a la diversidad.» Esto es lo que dijo Dora Bognandi, jefe nacional del departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista de Italia, a propósito de la reciente directiva sobre «Orientaciones para la promoción y protección de la libertad religiosa y de creencias», aprobada por el Consejo de Relaciones Exteriores de la Unión Europea.
Según informa NEV Notizie Evangeliche, Bognandi hace hincapié en una entrevista en Notizie Avventiste el 2 de julio en la importancia de este documento: «En la UE, es necesario tener una definición común de libertad religiosa y llegar a un acuerdo común sobre los medios para respetarla, protegerla y promoverla, tanto dentro de sus propios territorios, como también en las relaciones con otros países. La directiva llega incluso a decir que, si es necesario, se debe recurrir a la suspensión de la cooperación y la financiación a los países que no respetan la libertad de los ciudadanos. Así, en la formulación del documento, el Consejo de Asuntos Exteriores quiso anclar la libertad religiosa también a la diplomacia europea».
Para Bognandi, quien también es secretaria nacional de la Asociación Internacional para la Defensa de la Libertad Religiosa (AIDLR), una organización que trabaja cerca de la ONU y el Consejo de Europa, el documento es «una buena herramienta de trabajo, pero quizás un poco demasiado genérico. Por ejemplo, con respecto a la Iglesia Adventista, habríamos preferido que precisase en la Directiva según lo recomendado por el Parlamento Europeo el 13 de junio, que menciona «el derecho de observar días de descanso y de celebrar festividades y ceremonias rituales de acuerdo con los preceptos de una religión o creencia «. En cambio, la Directiva sólo habla de la libertad de expresar su fe a través de la adoración, la «observancia», la práctica y la enseñanza».
En España, donde el porcentaje de población católica practicante sigue descendiendo a niveles del 20% y menores, el calendario de días festivos en el país está copado prácticamente al 100% por festividades católicas, en detrimento de festividades fundamentalmente civiles o, en todo caso, una por cada religión con notorio arraigo: católica, protestante, musulmana y judía.
La Iglesia Adventista observa el descanso del sábado, al igual que las comunidades judías. Pero a diferencia de estas, los adventistas destacan, al igual que los bautistas, por su compromiso total por la libertad religiosa no solo para sí mismos, sino para todo ser humano.
La lucha por la libertad religiosa es aquí y ahora uno de los temas más candentes en la agenda política de la comunidad democrática internacional. En uno de cada tres países en el mundo, y suman 111, hay intolerancia o persecución religiosa. En Paquistán, por poner un solo ejemplo que comentaba Süddeutsche Zeitung el pasado lunes, pueden ejecutar a una persona, como es el caso de la trabajadora agrícola Asaia Bibi, cristiana, madre de cinco hijos, por una simple denuncia de un vecino de que es “blasfema”, que no adora a Alá, vaya.
Entidades laicas y religiosas por la libertad religiosa -que haberlas, haylas, con los bautistas, campeones de la lucha por las libertades a la cabeza- están condenadas a entenderse para formar un frente común ante las instituciones europeas y en la propia ONU.
La libertad religiosa, una tarea pendiente. Yo la he revisado algo históricamente en Chile, desde el siglo XIX, sobre este temario. Estas mismas revisiones y la realidad práctica del día a día, también me llevan a pensar en garantizar también la libertad para no ser religioso, para aquel que tenga otra opción de vida como la hay. Las personas que no creen, o las que tienen creencias en algo superior pero no institucionalizado, más agnósticos, etc., se suelen ver enfrentadas a circunstancias y presiones en medios laborales y otros (al menos en Chile) por parte de personas que profesan determinadas fe y/o son parte también de grupos más específicos o exclusivos de esa misma religión. En Chile, si uno analiza la conformación de los altos mandos de determinadas ramas de las FF.AA., se puede encontrar que 7 de cada 10 de estos altos oficiales, pertenecen a una sola religión y más puntualmente a un grupo altamente intenso de la misma; ¿es que no hay talento similar en oficiales con otras creencias o ninguna? Por simple análisis estadístico el resultado final -desde la perspectiva de opciones de fe- no es congruente con una plena libertad al respecto en cuanto a influencia en una carrera profesional.
En la época del general Pinochet, incluso se dictaron normativas internas en algunas ramas de las FF.AA. chilenas, que, en el fondo, declaraban incompatibilidad entre la pertenencia institucional y la libertad de no ser religioso. Y para que me voy a recordar del generalísimo Francisco Franco en su época. A buen entendedor…