Una investigación llevada a cabo por el Instituto Salk, el Instituto de Investigación Scripps y el colegio médico Weill Cornell, en Estados Unidos ha justificado las bondades de un medicamento llamado Metformina que se receta para la diabetes tipo 2 y en algunos casos de prediabetes.
La investigación que ha sido publicada en la revista Cell Reports, ha identificado un número importante de interruptores bioquímicos que explicarían que su uso extiende la esperanza de vida del paciente y por tanto, su supervivencia.
Lo que hasta ahora se conocía en torno a la Metformina era la vía AMPK que detendría el crecimiento celular, cambiaría el metabolismo de los nutrientes si estos son escasos e involucraría otras vías del todo desconocidas hasta ahora. Al ir a detectar las quinasas que son las proteínas que transfieren grupos fosfato, han visto que estas afectan al envejecimiento considerado hoy saludable. Por ello se ha visto que la metformina activa quinasas y esas vías desconocidas y por tanto afectan al llamado estrés celular que podría conectarlas con efectos de la salud y por tanto, con la prolongación de la vida.
El estudio actual indica que la proteína quinasa D y MAPKAPK2 pueden ser dos actores en la provisión de estos efectos terapéuticos, e identifica nuevos objetivos y procesos celulares regulados por AMPK que también pueden ser críticos para los efectos beneficiosos de la metformina. Lo que realmente se desconoce es si la metformina seria igual de beneficiosa para pacientes que no fueran diabéticos y si el estrés leve que permite activar los sensores para restablecer el equilibro metabólico pueden reportar beneficios a otros pacientes.
Este hallazgo va a permitir abrir nuevas vías de investigación en torno al estrés celular, al envejecimiento y al abordaje de otras enfermedades que hasta la fecha sabemos que producen el deterioro de la persona y de su salud, máxime si padece enfermedades crónicas como la diabetes
La Metformina está indicada en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2, especialmente en pacientes con sobrepeso, cuando la dieta prescrita y el ejercicio por si solos no sean suficientes para un control glucémico adecuado.
La metformina pertenece a una clase de medicamentos llamados biguanidas y funciona reduciendo la cantidad de glucosa (azúcar) que produce el hígado. Disminuye la cantidad de glucosa que absorbe el cuerpo, incrementa el efecto de la insulina y ayuda al cuerpo a eliminar el azúcar extra de la sangre. Esto reduce sus niveles en el torrente sanguíneo.