Reporteros sin Fronteras (RSF) exige la inmediata liberación del gerente del diario La Prensa, Juan Lorenzo Holmann, e insta a las autoridades nicaragüenses a que permitan que el personal del periódico reanude su trabajo con normalidad en las redacciones, a las que la policía nacional impide el acceso.
Desde principios de agosto de 2021, el equipo del periódico independiente vive una pesadilla. Su gerente general fue detenido el 14 del referido mes en las oficinas del diario, en las que la policía nacional realizó un registro y a las que no pueden acceder los aproximadamente 200 empleados que trabajan allí. Además, la rotativa está cerrada debido a la falta de papel, que ha sido confiscado por los servicios de aduanas del régimen de Daniel Ortega.
Se trata de «un duro golpe», según atestigua el periodista de La Prensa y corresponsal de RSF Eduardo Enríquez, quien añade que «la empresa debe reorganizarse en el corto plazo y encontrar la manera de hacer que la publicación digital sea económicamente viable».
El 12 de agosto, antes de suspender su distribución por un período indefinido, el periódico había anunciado en una implacable primera plana que la dictadura retiene nuestro papel, pero no puede ocultar la verdad. Al día siguiente, la policía allanó los locales, ubicados en la capital de Nicaragua, Managua. La electricidad y el acceso a internet fueron cortados, se apagaron los servidores del diario, y los periodistas y empleados fueron retenidos dentro del edificio durante varias horas, sin que pudieran utilizar sus teléfonos móviles.
Holmann, que se hallaba presente durante el registro, permaneció retenido por la policía durante casi 15 horas antes de que, en la mañana del 14 de agosto, lo llevaran para «firmar unos papeles» a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), donde finalmente fue detenido y encarcelado. La Fiscalía anunció que permanecerá detenido 90 días en relación con la investigación contra La Prensa por «fraude aduanero y lavado de dinero». Como a decenas de opositores políticos, al director general del periódico lo tienen retenido en un lugar secreto y no puede ver ni a su familia ni a sus abogados.
«De cara a las elecciones presidenciales de noviembre de 2021, Daniel Ortega está reforzando su arsenal de censura y emprendiendo procesos judiciales abusivos contra todos sus oponentes, y en particular contra los medios independientes», explica el director de la oficina de RSF en América Latina, Emmanuel Colombié. Por ello, RSF exige «la inmediata puesta en libertad de Juan Lorenzo Holmann e insta a las autoridades nicaragüenses a que dejen de obstruir de manera sistemática y escandalosa la labor informativa de los trabajadores de La Prensa»
Veinte medios desaparecidos
Fundado hace 95 años, La Prensa es el único diario nacional de Nicaragua. Este periódico, que en 2020 estuvo nominado al Premio RSF a la Independencia, dio amplia cobertura a las protestas que estallaron en 2018 contra Daniel Ortega y nunca ha escatimado en sus críticas al poder. En 2019, y durante 18 meses, sufrió una escased deliberada de papel y de materias primas. Más recientemente, el periódico ha sido víctima de procesos judiciales abusivos que trataban de hacerle pagar multas exorbitantes.
Según el sindicato de la prensa, al menos veinte medios independientes han desaparecido bajo el gobierno de Ortega, sobre todo tras la confiscación de materiales o cierres forzosos. La mayoría de ellos ha cesado sus actividades debido a la crisis política y económica que vive el país desde 2018, así como por las protestas antigubernamentales, en las que han muerto más de 300 opositores.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua desde 2007 – y que ya había estado una primera vez en la presidencia entre 1979 y 1990 – ha sido incluido en la última lista de Depredadores de la libertad de prensa, establecida por RSF en 2021. No se detiene ante nada en su afán por controlar la información y ha establecido un sórdido sistema de asfixia económica de los medios independientes que incluye políticas discriminatorias sobre la publicidad oficial, restricciones a la importación de elementos y materiales periodísticos, auditorías abusivas, presiones, detenciones arbitrarias, etc.
Entre 2020 y 2021, Nicaragua ha perdido cuatro posiciones en la Clasificación Mundial por la Libertad de Prensa y actualmente ocupa el puesto 121 entre 180 países.