Cerca del 90 % del pescado que se consume en España, especialmente el que viene del mar Cantábrico, lleva consigo anisákidos; un parásito que provoca gastroenteritis y alergias de diversa etiología. Estamos hablando del 90-100 % de la merluza y el 80 % del bonito, por ejemplo.
La Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) y la OCU han calculado que uno de cada tres pescados que se venden en España está infectado por el parásito anisakis y España es el segundo país con mayor número de intoxicaciones por anisakis después de Japón.
Al menos 8.000 casos al año tienen como responsable la ingesta de boquerones en vinagre muy populares en los bares. Preparados en salazón, ahumados, escabeche y vinagre, no matan al anisakis. Solamente si se fríe, asa o congela muere pero nunca lo hace si se toma el pescado crudo, poco hecho, marinado, en vinagre o a la plancha.
Este parásito que viene del mar produce un cuadro de intoxicación que desemboca en gastroenteritis al infectarte con su ingesta. Si vemos al comprar el pescado que se mueven una especie de gusanos, tenemos que limpiarlo y congelarlo en el momento de la compra. Al morir, el parásito se traslada a los músculos y se forma un quiste.
La razón de que ahora exista tanto anisakis o al menos se hable de ello es que el pescado se destripa en alta mar y se arrojan las vísceras al agua. Los peces ingieren ese desecho y se infectan, toda vez que propagan el parásito.
El número de alérgicos al anisakis oscila entre el 10 y el 50 % de la población aunque es más frecuente en personas que residen en lugares costeros. No es cierto que todos los pescados tengan el mismo riesgo. Los pescados de agua dulce; percas, truchas, carpas, así como ostras, almejas, berberechos, marisco en general, no tiene aunque se consuma crudo y también venga del norte.
Los denominados pescados blancos; tanto la merluza, gallineta, palometa, abadejo, jurel, pijota, bacaladilla, besugo, merluza, todos tienen en mayor o menor medida aunque no siempre se ven a primera vista. Lo normal es ver que está en la zona abdominal del pescado y en la ventresca y raramente en la zona de la cola. Otras especies afectadas son las sardinas, el chicharro, los calamares, el pulpo, el centollo y la gamba.
El pescadero puede vender pescado con anisakis y debe avisar que se debe congelar como también, si vende pescado descongelado, debe advertir que no se debe volver a congelar. Actualmente es legal vender pescado infestado en España, salvo que sea una epidemia y no se considere porque las larvas estén extendidas por toda la tienda.
El anisakis se ha convertido en un auténtico problema de salud pública y a pesar de las recomendaciones la prevalencia aumenta aunque durante los últimos 20 años se han sostenido.
Según un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y medio ambiente acerca del hábito de consumo de pescado de los españoles, más del 25 % de los consumidores han dejado de comprar pescado fresco debido al miedo que tienen de contraer alguna enfermedad. El 77 % de la población española preferiría pagar algo más a cambio de comprar un producto libre de anisakis. Actualmente han un procedimiento con infrarrojos que puede ser la clave para matar en anisakis antes de su venta; proyecto que entrará en vigor en el año 19.
Una vez ingerido el anisakis es necesario extraerlo mediante una endoscopia, antes de que pase a la mucosa intestinal. Antiácidos, corticoides y antihistamínicos pueden evitar las reacciones alérgicas si bien, en casos agudos se debe utilizar adrenalina. En cualquier caso, si usted sabe que es alérgico nunca consuma pescado marino crudo y si lo hace, que esté congelado durante al menos una semana a menos de 20 grados. Si ha comido pescado con anisakis y ya lo ha tragado acuda a un servicio de urgencias lo antes posible.
