La juventud europea está atravesando un periodo difícil de adaptación. Pasamos de desarrollar profesiones tradicionales y típicas de cada país, a innovar y formarnos en nuevos catálogos profesionales, vinculados a la globalización de las empresas y el crecimiento continuo de los mercados. Para ello, es indispensable el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Vemos así que han surgido nuevas profesiones como Community manager o experto SEO, junto a otras profesiones que responden a objetivos muy concretos, como puede ser Cool hunter o Trafficker. Todo ello vinculado a una Internet que ha triplicado en dos años la necesidad de empleo cualificado.
Pero la realidad empresarial ha demostrado que no basta un curso de 40 horas para ejercer con éxito una de estas nuevas profesiones, aunque sirven para actualizar conocimiento cada cierto tiempo. Hoy en día se recurre a la especialización de las profesiones de toda la vida, que nunca van a desaparecer y para las que, además, siempre hay trabajo con la formación adecuada como economía y empresariales o derecho, ciencias sociales y políticas o medicina.
En un curso reciente de verano en la Universidad Menenedez Pelayo un conferenciante señalaba que “el que sabe de la parte digital puede generar perfiles en Facebook o Twitter de la empresa, pero eso dentro de nada estará superado, todo el mundo estará ahí y entonces lo importante es que esa persona sepa también de actividad económica y comercial”. Toca revisar todos los puestos de trabajo a la luz de lo digital, pero en la disyuntiva de contratar a quien sepa de estos nuevos cometidos o formar en el entorno digital a quien ya sepa de estas materias, siempre será más fácil esta segunda opción.
Y este razonamiento es aplicable con carácter general, pero siguiendo las recomendaciones de Universitat Abat Oliba CEU: “para alcanzar objetivos, los jóvenes tienen que tener las mayores garantías de que obtendrán una formación adaptada a las exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES, Declaración de Bolonia) en lo referido a los nuevos grados, para quedar encauzados a una mayor especialización según la demanda de los nuevos nichos de empleo”
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