El periodista saharaui preso Mohamed Lamin Haddi, en huelga de hambre desde hace más de setenta días, en concreto, desde el pasado 13 de enero, está siendo alimentado por una sonda contra su voluntad. Así se lo ha comunicado a su familia, tras veinticinco días de silencio impuesto ya que no se comunicaba con su familia desde el 25 de febrero.
El pasado lunes 22 de marzo habló con su madre y con su hermana durante unos minutos, a quienes ha dicho, con una voz muy débil, que le han suministrado tres inyecciones de vitaminas. También le han introducido una sonda nasogástrica. No le han trasladado a un hospital ni le ha visitado ningún médico. Su abogada considera que se le han podido causar daños irreversibles para su salud.
La incomunicación desde el inicio de la huelga motivó la inquietud de la familia y saber si estaba vivo, de tal manera que la madre, una hermana y un hermano emprendieron viaje hasta Rabat y se presentaron a las puertas de la cárcel. No se les permitió comunicarse y tuvieron que volver a El Aaiún sin conseguirlo tras haber sido detenidos y amenazados.
Mohamed Lamin Haddi, preso del grupo de Gdeim Izik, figura en el listado de periodistas saharauis presos dentro del informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) ‘Sahara, un desierto para el periodismo’ elaborado en 2019.
Fue condenado a veinticinco años de prisión en un juicio sin pruebas ni garantías, lleva diez años encerrado en cárceles de Marruecos, de los cuales tres años y medio en aislamiento en la prisión de Tiflit2, cerca de Rabat. Por este motivo y por las demás condiciones inaceptables que padece en su encierro, se puso en huelga de hambre.
Durante el tiempo que ha estado en huelga de hambre, las campañas y manifestaciones en su apoyo se han sucedido. El Movimiento Italiano de Solidaridad con el Pueblo Saharaui había pedido el apoyo del papa Francisco, la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH) también mostró su apoyo, se pidió la intervención de la Cruz Roja Internacional y Naciones Unidas.
También, el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos, programa conjunto de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).
Durante tres semanas del mes de marzo el Movimiento por los presos políticos saharauis (MPPS) ha acudido una hora diaria ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, en Madrid, para denunciar la situación de Haddi y la responsabilidad de España.
Otra víctima de la represión es la activista Sultana Khaya, en arresto domiciliario durante más de tres meses. En este tiempo «fue agredida por agentes de policía de Bojador, que lanzaron piedras a ella y a su hermana, causándole heridas en la boca y rompiéndole algunos dientes», según denunció la agencia de prensa saharaui Equipe Media.
Sultana Khaya denunció como «insostenible» y «grave» la situación de los Derechos Humanos en el Sahara alertando a la comunidad internacional. Organizaciones internacionales crearon un equipo de apoyo a su persona para alertar sobre su situación que supone un constante hostigamiento a su persona y familia con ataques a su casa en Bojador.
La reportera de Equipe Media, Nazha Khalidi, ha advertido que la situación parece ser peor que la producida en 2010 tras la represión por el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik.