Investigadores y arqueólogos peruanos han descubierto en la provincia de Palpa, cincuenta geoglifos dibujados entre los años 500 a.C. y 650 d.C, que serían según ha confirmado el gobierno, más antiguos que las Líneas de Nazca. Este hallazgo ha sido publicado en la revista National Geographic y da cuenta de la grandiosidad de dicha averiguación en pleno desierto peruano.
Esta averiguación dirigida por Johnny Isla, que comenzó hace 18 años, y se han podido atribuir al menos 1.500 geoglifos, tanto de las civilizaciones nasca, paraca y torapá, que se sitúan en la región de Nazca-Palpa.
Gracias a las imágenes satélite de los drones, y a otros aspectos que ha aportado la tecnología punta, se han podido considerar unas 60 figuras nuevas que dan pistas para otras averiguaciones. Todas se encuentran enclavadas en la misma región costera de Ica, al sur de Perú, pero ciertamente lejos de las que ya se conocen de Nazca. Muchas de estas líneas son absolutamente imperceptibles para la vista humana de no ser por las capturas que han realizado las cámaras de los drones que han podido ver el detalle y visualizar dicho lugar.
En los geoglifos se pueden ver representadas escenas de la vida cotidiana de los paracas mientras que las líneas ideadas por los nasca sugieren que podrían ser el pago a los dioses por las lluvias en el desierto. Asimismo, se pueden aprehender tanto figuras humanas, aves, felinos, prácticas y rituales así como otras figuras de la misteriosa cultura Topará de la que no se conoce mucho.
La importancia de este hallazgo junto con las Líneas de Nazca, actualmente, los geoglifos más famosos del mundo, declarados patrimonio de la Humanidad en 1994 por la UNESCO, da pie a que se pueda seguir estudiando todo el periodo que todavía hace plantear hipótesis nuevas sobre las civilizaciones.