Peter Handke detiene el penalty

A diferencia de Olga Tokarczuk, quien apenas es conocida en España (Siruela publicó en 2016 su novela “Sobre los huesos de los muertos”), el austriaco Peter Handke (Griffen, 1942) es uno de los escritores europeos más conocidos en nuestro país, por sus novelas (“El miedo del portero ante el penalty” fue en su día un best seller aquí).

Pero también por su personalidad polémica, que manifestó en su obra de teatro “Insultos al público” y por su actitud política durante la guerra de la antigua Yugoslavia, donde tomó partido a favor de los serbios, defendió a Milosevic (acudió a su entierro, donde leyó un discurso en el que elogiaba al personaje) y negó el genocidio bosnio.

Su postura ante esta guerra quedó fijada en su obra “Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina”, subtitulado “Justicia para Serbia”, un alegato a favor de Belgrado. Repitió esta tesis en su obra de teatro “El viaje en canoa”, que dirigió el alemán Claus Peymann.

¿Fue su experiencia sobre este conflicto lo que le hizo declarar en mayo de 2017 que “lo de Cataluña da miedo”?.

Hace dos años, en 2017, la Universidad de Alcalá de Henares le invistió Doctor Honoris Causa y la ciudad de Aranjuez le dedicó un homenaje nombrándolo visitante ilustre de la ciudad (es autor de una obra titulada precisamente “Los bellos días de Aranjuez”). Sobre sus viajes por nuestro país y sus relaciones con España escribió “Ensayo sobre el juke-box”.  En un volumen titulado “Handke y España”,  autores como José Luis Pardo, Ray Loriga, Félix Romeo, Juan Villoro, Enrique Vila-Matas o Ignacio Vidal-Folch escriben también sobre estas relaciones con nuestro país.

Novelista sobre todo, Peter Handke es también pensador, poeta, autor de teatro y guionista de cine (son suyos los guiones de “Cielo sobre Berlín” y “Falso movimiento”, de Win Wenders).

Para Peter Handke la vida no fue fácil. Su adolescencia transcurrió en un internado, su madre se suicidó en 1971 y su carrera sufrió profundos y dramáticos altibajos. Sus experiencias las recogió en “Desgracia impeorable”, un libro estremecedor, y en el documental biográfico “El jugador melancólico”, de su amigo Peter Hamm, en el que dice que ha nacido para el horror y el espanto.

Hanke ha calificado su literatura como antiliteratura. Para él escribir es des-escribir, disolver los esquemas lingüísticos por los que expresamos los contenidos del pensamiento. Su obra más representativa en este sentido es “Kaspar”, de 1967, inspirada en el personaje de  “Kaspar Hauser”, donde el protagonista, obligado al aprendizaje de una lengua termina sometido a la esclavitud, a la gregarización dócil y uniformada de una cultura ajena. Continuaría en esta línea con “Carta breve para un largo adiós” y “La mujer zurda”.

Entre sus obras destacan también su primera novela “Los avispones”, “El peso del mundo”, la tetralogía “Lento regreso” (una reflexión sobre su propia trayectoria a través de un personaje protagonista, Sorges, que es trasunto del propio Handke), “Historia de niños”,  y “Contra el sueño profundo”, una recopilación de algunos de sus escritos entre 1966 y 2016.