‘Cuando un poeta muere’ era uno de los títulos del poeta y ensayista cubano Roberto Fernández Retamar, fallecido el sábado 20 de julio de 2019 a los 89 años. “La poesía es inmortal, nació con el hombre y vivirá lo que viva el hombre” declaró en su día. Sus cenizas irán al mar.
Fernández Retamar se doctoró en Filosofía y Letras en 1954 en la Universidad de La Habana, en la que ejerció la docencia desde 1955 y fue nombrado en 1995, Profesor Emérito.
Colaboró con la histórica revista ‘Orígenes’, dirigió entre 1959 y 1960 la ‘Nueva Revista Cubana’, y participó en la fundación de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, en la que integró el primer ejecutivo y codirigió, junto a Nicolás Guillén (1902-1989); Alejo Carpentier (1904-1980) y José Rodríguez Feo, la primera etapa de la revista ‘Unión’ en 1962.
Fundó en 1977 y dirigió hasta 1986 el Centro de Estudios Martianos y su Anuario. En 1965 asumió la dirección de la revista Casa de las Américas, institución cultural que presidía desde 1986.
Obtuvo en Cuba el Premio Nacional de Poesía en 1951 y el Premio Nacional de Literatura en 1989.
Era desde 1995 miembro de la Academia Cubana de la Lengua (que dirigió entre 2008 y 2012, ocupaba el sillón K) y miembro correspondiente de la Real Academia Española.
Entre 1998 y 2013 fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado cubano.
Como poeta contaba más de una docena de obras, entre las que destacan Elegía como un himno (1950); Vuelta de la antigua esperanza (1959); Con las mismas manos. 1949-1962 (1962); Revolución nuestra, amor nuestro (1976); Mi hija mayor va a Buenos Aires (1993); Una salva de porvenir (1995); Versos (1999); Felices los normales (2002).
Como ensayista, Fernández Retamar publicó en 1971 su ensayo más famoso: ‘Calibán. Apuntes sobre la cultura en nuestra América’. Desde su publicación, ha sido un ensayo de referencia en la historia cultural latinoamericana.
Entre los numerosos premios recibidos a lo largo de su carrera destacan además del citado Premio Nacional de Literatura en 1989, la Orden del Libertador en 1999, Premio de la Latinidad en 2007, Premio Alba en 2009, Medalla José Martí en 2009 y Premio Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales (Clacso) en 2017.
Su último premio fue el José Martí otorgado el pasado enero por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Fernández Retamar era doctor honoris causa por la Universidad de Sofía, Buenos Aires y Central de las Villas, Cuba, además de profesor honorario de la Universidad de San Marcos, en Lima.
Asiduo visitante de España donde cuenta con una amplia obra publicada además de en su original castellano, también en gallego y catalán. Su primer libro publicado en España fue en 1970, en concreto en la editorial El Bardo, de Barcelona.
Precisamente en España -donde conoció al poeta y premio Nobel de Literatura, Vicente Aleixandre (1898-1984)- se editó el pasado año 2018 por la editorial Visor la antología ‘Toda la luz, toda la sangre. Antología (1948-2017)’ que recoge en un volumen prácticamente toda la poesía del autor cubano. Cuenta con una presentación a cargo de la profesora Selena Millares.
Entre sus muchos poemas se pueden destacar, ‘Felices los normales’, ‘Juana’, ‘Con las mismas manos’, ‘¿Y Fernández?’, ‘Que veremos arder’, ‘El otro’ y ‘A mi amada’.
El mejor recuerdo es leerlo, en su poema ‘Oyendo un disco de Benny Moré’ escribió:
“Es lo mismo de siempre:
¡Así que este hombre está muerto!
¡Así que esta voz
Delgada como el viento, hambrienta y huracanada
Como el viento,
es la voz de nadie!
¡Así que esta voz vive más que su hombre (…)”
Es un buen trabajo sobre la obra de Roberto Fernández Retamar, quien fue un gran poeta y un excelente ser humano. Caballero del Honor, puede ser considerado. Su vida fue modesta, o más bien humilde en el orden material. Nunca tuvo abundancia de dinero ni de comida ni de mercancías banales. Merece nuestro más alto reconocimiento porque quiso y fue un paradigma de honestidad y coherencia; encima, fue un hombre bueno. Como cubano agradezco al periodista por este artículo.