Encontrar el amor en la red es la moda para algunas personas y pocas reparan con quién hablan, si bien, los timadores profesionales saben cómo y a quiénes atrapar en este tipo de encuentros. Los timos por amor (love scams) están a la orden del día en las redes y no tenemos que extrañarnos en absoluto.
Las redes sociales han sido usurpadas por los llamados bots que roban el perfil y por tanto, las fotos de una persona (y toda su identidad). Leen de manera concienzuda todo aquello que publican y adoptan a ese sujeto que ignora que tiene otro perfil con el que conquista damas. Por eso, la Guardia Civil, insiste en no describir dónde se ha estudiado, dónde vive, cuántos hijos tiene o si trabaja o no.
Las más afectadas son las mujeres porque el perfil del varón tiene una cierta edad, posición acomodada, entre 45 y 60 años, cuyo aspecto es saludable y cuyas fotos corresponden a una vida, algo más que lujosa. Desde yates pasando por vehículos de alta gama, el timador profesional pide ser amigo de esa mujer y le muestra imágenes suyas que corresponden a esa persona a quien le han robado todo ese material (realmente descargado de su perfil).
Ella, incauta, al ver quién la aborda, siente seguridad y su autoestima crece porque normalmente ese varón está de buen ver. El acercamiento es lento y mediante conversaciones pausadas (sobre todo, para ganar la confianza de ésta), adopta la postura de un pobre viudo desasistido que tiene un hijo a su cargo adolescente.
La mujer, en su afán de conseguir una posible cita, se muestra cariñosa al respecto y le propone verse enseguida. La negativa del timador pasa porque le tiene que confesar que realmente trabaja en una ingeniería o en una petrolera y no es fácil salir y entrar dado que pasa meses fuera de su hogar. En este juego, gana tiempo y confianza y le propone a la mujer realizar ingresos pequeños para su hijo porque el pobre no dispone de tarjeta.
Ahí comienza el timo que puede mantenerse en el tiempo según la habilidad del timador. Estos trabajan por cuenta propia desde un locutorio en Nigeria, por ejemplo, y salen a cazar cada día. Hablan un inglés poco cuidado y los argumentos que utilizan son los idénticos entre una mujer y la siguiente; unos auténticos ciberdepredadores.
Dentro de las pistas que deben alarmar a la víctima, figura la dirección de correo, si es que la proporciona el timador; no aparece en ninguna red social bajo el nombre que te ha dado, (suelen utilizar mucho Williams de nombre o de apellido y también invierten los mismos).
En inglés figuran con el nombre de Love Scams ( Timadores del amor ) ciberdelincuentes que roban la ilusión de una mujer entrada en años, le hacen sentirse vulnerable y se lucran mediante el engaño por pena o compasión. La duración de estos encuentros irán en proporción a la confianza ganada y es particularmente curioso, cómo se puede prolongar en el tiempo. Las conversaciones las sigue robando del perfil del sujeto y todo aparentemente es creíble. Algunas mujeres confiesan haber perdido hasta veinte mil euros porque en pequeñas cantidades no lo han notado. Cuando ya llevan varios meses y el ciberdelincuente considera que no puede obtener más, desaparecen de la red al igual que aparecieron un día cualquiera.
En todo caso, una vez que haya sucedido el timo, tenemos que denunciarlo en la Unidad de Delitos Informáticos de la Guardia Civil para que registren la URL, la IP desde donde escriben y lo bloqueen a tal efecto. Recuperar el dinero será complicado y la autoestima, en cierta forma, también. Sentirse engañado por un amor incondicional sin saber con quién hablas delata alguna carencia afectiva que sería conveniente tratar y abordar.
