Desde principios de 2016, la tribu Sioux de Standing Rock (Dakota del Norte y Dakota del Sur, EEUU) lucha contra el proyecto de construcción de un oleoducto de las empresas Energy Transfer Partsners y Sunoco Logistics, que afecta seriamente a sus tierras y que representa también una amenaza para las aguas de su reserva. Ahora, esos nativos americanos han obtenido una victoria jurídica en la defensa de su territorio ancestral.
Un juez federal ha declarado que los permisos otorgados para la realización de ese proyecto –autorizado precipitadamente por Donald Trump al llegar a la presidencia- violan la ley en diversos puntos. Ese oleoducto recorrería 1900 kilómetros. Grupos ecologistas, tribus nativas, veteranos de guerra y luchadores por los derechos civiles se unieron a la resistencia sioux para derrotar un plan que implicaría desbrozar territorios de cuatro estados para transportar petróleo desde Dakota del Norte (casi en Canadá) hasta Illinois. Los cuatro estados implicados son las dos Dakotas (norte y sur), Iowa e Illinois.
“El Tribunal está de acuerdo en que no se ha considerado lo suficiente el impacto de los vertidos de crudo sobre el medio ambiente ni tampoco se han tenido en cuenta los derechos de caza y pesca [de los sioux]”, afirma el juez James E. Boasberg que firma el auto judicial de 91 páginas. El juez tiene en cuenta también los intereses y la iniciativa de los grupos de presión del mundo del petróleo, por lo que no determina aún del todo si lo ya construido debe ser clausurado y revertido a su estado originario. El magistrado se da un tiempo añadido para pronunciarse definitivamente.
“Es una victoria mayor para nuestra tribu y damos la bienvenida a esa decisión justa de los tribunales”, ha declarado Dave Archambault II (jefe de Standing Rock), quien ha recordado ciertos vínculos de los autores del proyecto con el propio Trump. El presidente descartó rápidamente aplazar el proyecto como había terminado por hacer el anterior presidente, Barak Obama. “Aplaudimos a los jueces por proteger nuestras leyes de turbias influencias políticas y pediremos al Tribunal que cierre de inmediato todas las obras en curso”, ha reiterado el jefe sioux.
El proyecto (también conocido como Bakken Oil Pipeline) cruzaría fincas, tierras tribales, áreas declaradas de interés natural y zonas con abundante vida salvaje. La idea es llevar a diario 57.000 barriles de crudo desde los campos de Bakken hacia Illinois (casi dos mil kilómetros al sur), para acercar el producto a las refinerías próximas al Golfo de México.
En la primera ocasión en que nos referimos aquí a la lucha de Standing Rock, ya recordábamos que fue una mujer sioux, LaDonna Brave Bull Allard, quien inició la lucha contra el controvertido oleoducto esgrimiendo “motivos culturales”. La representación legal de los sioux ha estado en manos de Earthjustice, una ONG dedicada a temas legales referidos al medioambiente. Earthjustice denunció a los mandos del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos por emitir los permisos correspondientes a la construcción del oleoducto en contra de las normas medioambientales. Anteriormente, los sioux de Standing Rock se habían movilizado durante meses ante las fuerzas policiales y contra los trabajos de ingeniería ya en marcha. Movilizaron a otras tribus nativas, de EEUU y de Canadá, y lograron atraer la simpatía internacional hacia su causa.
Enlaces:
