Esperanza, tan solo eso. La gente de Yemen necesita tener esperanza, un trabajo que haremos en los próximos días, ha comentado Martin Griffiths, enviado especial de la ONU en la zona. Sus conversaciones de paz, harán que los dos bandos en conflicto contruyan al menos, un tapiz de confianza para que arranque un periodo de paz.
El lider huthi, Andulmalik al Huthi, está impaciente por el progreso de dichas negociaciones y ha restado importancia a los problemas que ha denunciado la delegación rebelde. El enviado de la ONU ha explicado que las dos delegaciones no tendránn que estar sentadas en la misma sala, sino que se analizarán con él las opciones para una posible negociación formal de paz.
Es importante saber qué están dispuestas a hacer las partes y a qué quieren dar prioridad en términos sustanciales. Para Griffiths no espera realmente que exista un alto el fuego si bien, confía en que no haya sucesos militares provocativos tampoco que eviten la posibilidad de acercamiento entre los rebeldes y el actual gobierno liderado por Abdo Rabbu Mansur Hadi.
La situación de los yemeníes oficial dista mucho de ser la que se conoce actualmente. Se barajan 8.4 millones de personas que están al borde de la hambruna, aunque fuentes locales creen que ya son 10 millones. Apenas funcionan los servicios sociales ni los sanitarios por la epidemia de cólera que existe en la zona. La actuación de la ONU es importante para que el conflicto termine de una vez por todas. Henrietta Fore, directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia, asegura que esta situación, acompañará a los yemeníes durante generaciones si no se reconstruye el país ya.
Los niños necesitan sanar, añade, necesitan justicia, necesitan paz; una paz que se mantenga a largo plazo, ha apostillado en su discurso.
A esta situación hay que añadir la depreciación que ha experimentado el rial en Yemen que no ha hecho sino agravar la situación del conflicto. La pérdida de valor de la moneda nacional, el rial, frente al dólar, supone que hoy, en Adén, se cambiaba el dólar por 630 riales frente a los 425 riales de enero, y los menos de 250 a principios del conflicto yemení. El aumento de precios de bienes de primera necesidad, la hambruna, las enfermedades y la subida de los alimentos que ha experimentado un incremento del 98 % además del combustible, un 100 %, no ayuda a que la situación se estabilice.
Los datos de la ONU no nos deben dejar indiferentes ya que cerca de 22 millones de yemeníes necesitan ayuda humanitaria; es decir, el 75 % de la población y cerca de 9 millones no saben si comerán mañana. La desnutrición aguda ha provocado un incremento de las enfermedades que no se pueden vencer por la situación global de los niños que es muy extrema. La tercera ola de cólera ha dejado más de 2.500 muertos y este colapso económico no favorece en absoluto.
El punto de no retorno, muchas veces comentado por Abdi, debe parar. Ambas partes deben implicarse para que el fin de la guerra sea pronto. Los 60.000 civiles muertos y los 3 millones de yemeníes que han huído de la guerra hace que la ofensiva del gobierno yemení con apoyo de la coalición que lidera Arabia Saudí para arrebatar el puerto de Hodeida a los huthis, haya sido una pesadilla para el país.
