En vísperas del cincuenta aniversario del golpe militar fascista contra el régimen democrático del presidente Salvador Allende (11 de septiembre de 1973), el reputado documentalista chileno Patricio Guzmán acaba de ser galardonado con el Premio Nacional de Artes de la representación y Audiovisuales, en Santiago de Chile.
En París hemos conversado con Patricio Guzmán, en fase de restablecimiento de la enfermedad que le ha impedido desplazarse en los últimos meses. El cineasta chileno prosigue junto con su esposa y productora Renate Sachse la empecinada preparación de una próxima película, pero también la tarea minuciosa de restauración de las cuatro primeras obras que el entonces joven cineasta filmó en Chile en la década de los setenta.
«No es una situación dramática, estamos trabajando en otro guion, pero como siempre uno empieza con fragmentos sin mucha conexión, que se van uniendo más adelante. No me preocupa mucho no poder filmar por el momento, pues yo siempre he hecho una película cada tres años. Por ahora tengo el deseo de leer tranquilo».
La noticia del premio que le han otorgado en Chile la ha recibido con sorpresa y gran satisfacción, aunque sin hacerse demasiadas ilusiones sobre sus consecuencias en el propio país. Dice el adagio que nadie es profeta en su tierra. Cierto es que Patricio Guzmán ha recibido un reconocimiento internacional en los más grandes festivales del mundo, cuando en Chile su obra era censurada o ignorada. Las cosas van cambiando sin embargo con el paso de los años.
«Es una sorpresa porque no pensaba que me iban a dar un premio a distancia. Tú sabes cómo son las cosas en Chile, un poco arbitrarias, caes en una lista y la gente que está de jurado te selecciona y lo ganas. No sientes ninguna emoción, simplemente te dan ganas de agradecer a las personas que te calificaron».
«Primero, el premio es un honor, y segundo tiene también un aspecto financiero, es un premio en metálico. A nivel de la difusión de mis películas en Chile va a tener también una influencia. Ahora hay muchos jóvenes, mucho más de lo que yo pensaba que están preocupados por el género documental. Hay un buen ambiente. En todas partes del mundo el documental ha crecido en cuanto al apoyo y también en los festivales, ahora es muy frecuente que se seleccionen documentales en competición o fuera de competición en festivales importantes. Todo el tinglado económico ha crecido un poco, y se pueden realizar películas un poco más ambiciosas. Eso es un hecho nuevo, completamente nuevo».
Patricio Guzmán: Ética y estética del cine documental
Toda la carrera cinematográfica de Patricio Guzmán está estrechamente ligada a la historia de la Unidad Popular, con la llegada al poder de Salvador Allende. Desde los años setenta toda su actividad se ha centrado en la búsqueda del restablecimiento de la memoria histórica antes y después del golpe militar, que ha mantenido durante los muchos años que lleva residiendo en Francia. Su adhesión incondicional al género cinematográfico documental es una decisión ética, pero también estética.
«Son las dos cosas, porque si no sales de la ética caes en una especie de formalismo raro. Entonces tienes que tener un espíritu ético, pero también investigar y buscar situaciones verdaderamente interesantes si no el documental se transforma en un discurso un poco independiente de la imagen, de la música etc. El documental es una combinación muy hermosa de trabajar. Es muy bonito hacer documentales. Se hacen lentamente, tu tardas medio año o un año en terminar el montaje. El cine documental es un cine de montaje podríamos decir. Es muy importante».
Me permito subrayar a este punto de la conversación que, si la autenticidad del documental es importante, y ha alcanzado hoy cartas de nobleza, paradójicamente la ficción permite a veces llegar a un más amplio público…
«Si, el documental es un arte que no llega a las grandes masas, no es como la ficción, es un cine minoritario que algunos disfrutan muchísimo y otros se aburren».
«Pero aparte de eso, es interesante siempre premiar el cine documental, sea quien sea el que lo haga, porque es un cine muy diferente y muy difícil de difundir y de mantener. Yo solo he hecho documentales. Este es un combate que llevamos todos los documentalistas de América, de Europa, de todas partes, y cuando estamos juntos más o menos pensamos lo mismo. Somos independientes, no tenemos mucho dinero para hacer grandes obras, y cundo pasas en festivales es siempre una alegría, somos un grupo pequeño».
Por su parte, Renate Sachse, quien escucha atentamente nuestra conversación, precisa con mucha razón el por qué de su adhesión incondicional al género documental…
«Todo es cine y es el público el que debe descubrir las obras. No es el género lo que limita el acceso al público, la única limitación es la que impone la industria y eso por razones económicas. La industria del cine busca los enormes beneficios con la ficción. Con el documental la industria no interviene, y eso a veces es de agradecer. Yo pienso que el documental tiene un lugar especial, pero no está limitado a ningún público. Es un arma de doble filo el desinterés de la industria, por una parte, es de agradecer para tu independencia y por otra es claro que con el documental nunca te vas a enriquecer, pero es un género noble y es siempre bueno».
Aunque he mantenido a menudo entrevistas con Patricio Guzmán en estos últimos veinte años, hay un tema que él siempre prefiere soslayar, y es su breve incursión en el cine de ficción. Siempre me ha intrigado que esa fallida experiencia en la producción de una ficción fuese precisamente el detonador de una nueva etapa en su brillante carrera.
«La rosa de los vientos» en 1983 coproducción hispano cubana (con Patxi Andión y la participación de Gloria Laso) fue un momento de duda que condujo después en 1997 a la realización de «Chile, La memoria obstinada» y al gran éxito y reconocimiento internacional de su filmografía en la década del 2000, con sus seis últimas películas, entroncando de nuevo con «La batalla de Chile» y su obsesión por la recuperación de la memoria histórica.
«No hablo de ella, porque quedó mal. Era un ensayo, una tentativa de ciencia ficción medio intelectual y no quedó bien, porque yo no estaba bien cuando la rodé. La época en que transcurría la película era bastante ambigua, no se sabía bien en que época era, eso desequilibró la obra entera y la verdad es que no la vio nadie. Fue un fracaso. Si, es una película mía por supuesto, pero no le doy mucha bola porque fue un fracaso total»
Restauración de «La batalla de Chile’ y «El primer año»
«Hemos restaurado cuatro películas: la trilogía de la batalla de Chile y otra anterior. Mirando mis archivos descubrí una antes de la batalla de Chile, «El primer año» mi primer documental que dura hora y media, sobre cundo Allende toma el poder. Es muy buena. Es un excelente recuerdo, cuando la volví a ver hace meses me encantó. Es como la batalla de Chile, pero más ingenua, con menos análisis político y más imágenes de un pueblo contento, y funciona perfectamente bien».
La restauración ha durado cinco años y el mes de julio pasado, Patricio y Renate terminaron y supervisaron ese minucioso trabajo. El estreno de las cuatro películas está previsto el próximo 11 de septiembre en Chile (2023), en EEUU, Francia, Alemania, Italia… coincidiendo con el cincuenta aniversario del golpe contra Salvador Allende. Un hermoso homenaje a la lucha siempre en curso por la democracia chilena.
«La batalla de Chile» es una trilogía filmada en dieciséis milímetros, pero restaurada parece una película muy móvil, muy moderna con mucha síntesis. Y «el primer año» es igual. Es un poco más ingenua, pero es igual en su espontaneidad, realizada con cámara móvil de un lado para otro, es muy interesante. Las hemos restaurado quitando las rayas, quitando casi todas las imperfecciones. Por el momento no está prevista la edición de un DVD, pero la cadena francesa ARTE se ha comprometido a programar las cuatro películas durante tres años, poniéndolas a disposición de su público en TV e internet»
EL 4 de septiembre el Instituto Lumière de Lyon presenta en preestreno la trilogía restaurada «La batalla de Chile» con un debate animado por Thierry Fremaux.
El 11 de septiembre la cinemateca francesa en París presenta en sesión especial la versión restaurada de «El primer año», sesión animada por Jean Pierre Thorn.
El estreno en las salas de Francia de las cuatro películas está previsto el 12 de septiembre de 2023.
