La sanidad pública andaluza destina 60 millones al año para financiar tratamientos de enfermedades raras y pretende ampliar el criterio de acceso al diagnóstico genético preimplantatorio (DGP) de forma que se puedan evitar patologías hereditarias en unos 200 recién nacidos al año.
La consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales en funciones, María José Sánchez Rubio, ha informado al Consejo de Gobierno de esta medida prevista por su departamento para evitar la transmisión hereditaria de enfermedades raras. Esta prestación, iniciada en 2005 ha facilitado durante la última década el nacimiento de medio centenar de niños sin las patologías de las que eran portadores sus progenitores.
El DGP es una técnica de reproducción asistida que consiste en realizar un estudio genético a preembriones obtenidos por fecundación in vitro, antes de ser transferidos al útero de la madre. Esto posibilidta la selección de los que está libres de la carga asociada a enfermedades hereditarias. La Consejería de Igualdad, Salud y Políticas sociales, pondrá en marcha un nuevo cribado para la detección temprana de la anemia falciforme. Además, trabaja en la elaboración de un protocolo de casos sin diagnóstico para formalizar el acceso al consejo genético vinculado a patologías hereditarias y la derivación de pacientes a las unidades de referencia.
Las enfermedades raras, son aquellas cuya prevalencia se encuentra por debajo de un caso por cada dos mil personas. Se calcula que existen entre 5.000 y 8.000. En Andalucía existen medio millón de personas que están afectadas por alguna de estas patologías que afectan, no solo al paciente sino a su entorno familiar.