Arturo Pérez-Reverte publica Una historia de España

Lo que más envidio de Pérez-Reverte es poder arrancarse así al empezar un capítulo: «Godoy no era totalmente gilipollas» y seguir tan fresco hacia adelante, porque imagino que a mí no me lo consentirían. Estoy segura.

reverte-historia-de-espana Arturo Pérez-Reverte publica Una historia de EspañaHay que ser Arturo Pérez-Reverte para escribir así y que te respeten, y él lo ha conseguido. Pero no son capítulos al uso, y esto lo digo en su descargo, los que componen este libro titulado Una Historia de España, sino artículos ya publicados semanalmente en prensa que, a lo largo de los años y en número de 91, han visto la luz en los periódicos bajo el epígrafe general Patente de corso.

Con ellos repasa nuestra historia desde el siglo XV hasta el presente en un friso de situaciones dramáticas que es tan lúcido como fácil de leer y a ello contribuye poderosamente su estilo desenfadado. Llegará a los jóvenes, no me cabe la menor duda, esta Historia de España, y ello será una buena noticia porque según el autor, “se ha desprestigiado tanto la memoria (como de derechas, cutre y casposa), que hoy en día el adolescente español, fruto de una educación desmemoriada, es una oveja en manos de los lobos. Y éstos los hay de todos los colores”.

Arturo Pérez-Reverte da, a lo largo de estos 91 artículos con los que va repasando nuestra historia común (pues ése es su deseo más genuino al hacerlo: hacernos ver lo que nos une o debería unirnos), una visión lúcida y pesimista del pasado. Pero también del presente porque «no hemos cambiado nada».

Para apoyar este aserto, aporta varias citas de escritores políticos y pensadores que, desde la antigüedad hasta la modernidad (Estragón y Amadeo de Saboya son ejemplos), hablan de este carácter cainita y suicida a la vez de los habitantes de la piel de toro. Citas que podrían traerse a la actualidad como si nada hubiera cambiado desde entonces.

Tenemos un país estupendo, afirma Pérez-Reverte, te lo dicen todos los extranjeros: «¡qué chiringuito más estupendo tenéis!, ¿por qué os lo queréis cargar?», la prueba es que nadie quiere irse de aquí, al contrario, y sin embargo estamos deseando tirárnoslo a la cara en pedazos cada vez que algo bueno, algo decente, está a punto de ver la luz.

¿Todo ocurrió con Franco?, se obliga a preguntarse el autor de Alatriste ante la falta de memoria de que adolecemos hoy, empezando por las escuelas, que no es otra cosa que falta de cultura. No. Franco es un episodio más de esa enfermedad llamada España que nos hace desear la destrucción del otro porque «no nos basta con vencerlo, ni mucho menos convencerlo, hay que hacerlo desaparecer. Queremos tumbas, no conversos.

En cuanto a lo que tenemos o dejamos de tener hoy en día, “si a las instituciones -todas, sean buenas o malas-, las pasamos por la máquina de picar carne, sale picadillo», afirma rotundamente el autor y académico de la lengua refiriéndose en concreto a nuestra forma de tratar hoy a la monarquía.

Y asegura que, a pesar de su pesimismo basado únicamente en lo que ve, no quiere renegar del todo de la esperanza.

Una historia de España se ha presentado en Madrid el 13 de marzo de 2019

Arturo Pérez-Reverte
Una historia de España
Editorial Alfaguara 2019
Tapa dura 17,95 euros

 

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

1 COMENTARIO

  1. Siempre que se hable de este autor, y por mucho que se le admire (tiene que haber gente para todo, afortunadamente somos diversos), me parece de obligado cumplimiento recordar que está condenado por plagio.
    Ni siquiera los académicos tienen las manos limpias, aunque la fama borre los defectos y proporcione un gran bienestar

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