El periodista Ayman Mohyeldin cubría la ofensiva israelí en Gaza para el canal de televisión estadounidense NBC.
Ayman Mohyeldin en GazaCubría, decimos, hasta el miércoles 16 de julio de 2014 cuando un misil mató a cuatro niños palestinos, de edades comprendidas entre 9 y 11 años, que jugaban en una playa de Gaza, justo enfrente del hotel donde se aloja la mayoría de la prensa extranjera que está ocupándose de la enésima etapa de una guerra que lleva treinta años enfrentando a dos pueblos por un territorio.
Como muchos de sus colegas enviados especiales a la franja de Gaza, Ayman Mohyeldin hizo una crónica contando que había conocido a los adolescentes muertos, y dejó constancia de ello en su cuenta de Twitter (“Cuatro chicos palestinos muertos por un disparo israelí. Pocos minutos antes de que les mataran delante de nuestro hotel, yo jugaba con ellos al balón”); después fue a conocer a sus familias, visitó a otro niño herido hospitalizado, sacó algunas fotografías y siguió hablando del caso en sus crónicas en directo hasta que, según cuenta Glenn Greenwald en su revista digital The Intercept, “la dirección de la NBC le ordenó abandonar Gaza inmediatamente.
Según una fuente del canal, la dirección ha justificado su decisión en ‘razones de seguridad’ porque ya se sabía que Israel preparaba la ofensiva terrestre. Pero el mismo día la NBC envió a otro periodista, Richard Engel (quien llegó desde Tel Aviv), junto con un realizador estadounidense que no había estado nunca antes en Gaza y no habla árabe (mientras que los otros periodistas conocen perfectamente esa lengua)”.
Para todas las fuentes que se han pronunciado sobre el caso de Ayman Mohyeldin, las cosas están más que claras: a la dirección de NBC no le gustó la forma en que su corresponsal estaba cubriendo los enfrentamientos israelo-palestinos. Conviene no olvidar que en Estados Unidos el lobby judío controla una parte considerable de los medios de comunicación (y no sólo; también una gran parte de los bancos, las finanzas, los seguros, los planes de pensiones, el negocio de los diamantes… y muchos eccéteras).
The Intercept asegura que Mohyeldin, “equilibrado e imparcial”, es una excepción en los medios de comunicación estadounidenses, mayoritariamente pro-israelíes: “En estas dos últimas semanas, los reportajes de Mohyeldin han sido mucho más equilibrados e imparciales que la habitual cobertura pro-israelí de los medios de ‘l’establishment’ americano. Sus temas hablaban del contexto, casi siempre ausente, y mantenían la distancia con el lenguaje del gobierno israelí. Por eso, las publicaciones neoconservadoras y pro-israelíes le han acusado de ser el portavoz de Hamas”.
Según la revista francesa de derechas L’Express, Mohyeldin, “apreciado por su neutralidad”, está recibiendo apoyos de numerosos internautas que han creado el hashtag #LetAymanReport (“Dejad trabajar a Ayman”).
Según el blog Mondoweiss, fundado por dos periodistas estadounidenses y especializado en la guerra ideológica en Oriente Medio, Mohyeldin habría hecho una crítica implícita de la postura del gobierno de Obama sobre el conflicto, en sus comentarios en las redes sociales, argumento que documentan con el siguiente texto publicado en Facebook: “El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ha asegurado que en fin de cuentas Hamas es responsable del bombardeo de Israel y de la masacre de cuatro niños de 9 a 11 años por rechazar el alto al fuego. El debate está abierto”.
Ayman Mohyeldin, periodista estadounidense de origen egipcio, reúne todas las cualidades necesarias para cubrir la actualidad en Oriente Medio. Ha trabajado en la zona durante los últimos diez años y ha efectuado numerosos reportajes para el canal Al Jazeera English. Al comienzo de su carrera había trabajado ya para la NBC, que entonces le nombró corresponsal en El Cairo.