Este Ballet Nacional de España es el resultado del trabajo durante los últimos cuatro años de su director, Antonio Najarro, bailarín, coreógrafo y desde 2011 alma Mater de un ballet que como el bien dice no tiene parangón en el mundo. Un ballet concebido para su expansión internacional que ahora se presenta en Pamplona en el marco del Festival Flamenco on Fire 2015 con su última creación, Alento y Zaguán, estrenado el pasado mes de junio en el madrileño Teatro de la Zarzuela, presentado posteriormente en el Festival Internacional de Granada, y hace unos días en Santander, donde ya ha cosechado un notable éxito de crítica y público.
Pablo Lasaosa: Ballet Nacional Español en el Festival Flamenco on Fire. Baluarte, Pamplona, agosto de 2015.La primera parte, Alento, es puro estilo Najarro como creador y coreógrafo. Refleja su visión de la danza española clásica. La coreografía parte de una complejidad conceptual, lenta, basada en síntesis de producciones anteriores. Fusiona diferentes géneros como el jazz, soul o flamenco y el tango argentino. La música es del argentino Fernando Egozcue, compositor y guitarrista, que ya ha colaborado anteriormente con Najarro. La escenografía de Nicolás Fischtel y el vestuario ha sido creado para este proyecto por Teresa Helbig.
Alento consta de seis números, Origen, Luz, Acecho, Ser y Alento. Empieza con una coreografía que rápidamente sumerge en ese mundo irreal/onírico bañado en luz malva en una escena coral que se funde con un dúo que parece flotar y querer salir de un mar ondulado. De pronto están en un espacio que es una especie de nada, en el que están solos, donde nadie excepto ellos puede existir. Hacen el amor y eso les transporta a otra realidad más cercana. Las ánimas son cinco bailarinas que juegan con una pieza de vestuario que puede ser capa, alas, falda o escudo. Son frágiles, flotantes, casi levitan, ¡son ánimas!. Al acecho es el número de resonancias sudamericanas, muy dinámico y físico, hasta que desciende de lo alto una especie de diosa, (el Ser) vestida de traje de cola blanco que vuelve a cambiar el espacio escénico, llenándole de sensualidad, Al final la diosa se despoja de su vestidura blanca y vuelve a transformarlo todo. Vestida de verde, ahora es una chica moderna, vitalista, agresiva, sola, independiente y triunfante. La música es el hilo conductor de las distintas coreografías. La última parte, Alento es una fantasía de comunicación urbana, en un número de danza sobre taburetes que van y vienen, se acercan y se alejan sin cesar, con ritmo violento y que termina en una escena de marcha, baile y copas que no se ven.
Pablo Lasaosa, 27-08-2015. Ballet Nacional Español en el Festival Flamenco on Fire. Baluarte, Pamplona.Zaguán. Para la dirección de esta coreografía flamenca, Antonio Najarro llamó a Blanca del Rey, reina absoluta del Corral de la Morería, quien pidió que en el programa figurase su más famosa creación, que ya tiene treinta años de recorrido y que puede calificarse de única: la Soleá del Mantón. Najarro estuvo más que de acuerdo y Blanca cedió sus derechos al BNE para Zaguán. Para el resto de coreografías contó con La Lupi, para la milonga y tangos; con Mercedes Ruiz para las Alegrías de Córdoba y para la Seguiriya y Guajira con Marco Flores, todos ellos jóvenes que aportan con entusiasmo su estilo y personalidad y que han tenido la suerte de tener como directora a Blanca del Rey. La música de Jesús Torres, la dramaturgia de David Picazo, el vestuario de Yaiza Pinillos y el diseño de iluminación de Nicolás Fischtel, completan esta producción.
Da inicio esta suite flamenca con una Obertura para Siguiriya y Toná coreografiada en negro y blanco. La composición es coral, con dieciocho bailarines en escena. Una siguiriya y toná con este número de bailarines construyendo y deconstruyendo cadenas de danza realmente impresiona. Los guitarristas Enrique y Jonathan Bermúdez y Diego Losada; cantaores Sebastián Cruz y Jesús Corbacho y Roberto Vozmediano a la percusión, acompañarán todo el desarrollo.
Sigue un ‘Encuentro’ por Cantiñas de Córdoba del duo de bailarines Eduardo Martínez y Mónica Iglesias. La suite continúa por la guajira y milonga de Marco Flores que representa escenas en el Puerto Caimán. Los tangos de La Lupi ponen en escena ‘la Fonda Carmencita’, una historia de mujeres danzada por personajes como la Carmencita, la Carbonera, la Coquinera, la Malena, la Macarrona, la Cuenca y la Mejorana. Parecen un preludio a lo que viene a continuación, la pieza famosa, ya un clásico del flamenco, ‘la Soleá del mantón’ que dramatiza la bailarina Esther Jurado.
La despedida escenifica el ballet ‘El Recuerdo’ y como en la introducción participan esta vez veintitrés bailarines y de nuevo Esther Jurado como solista. Emociona la composición pletórica de simetrías que ponen en valor a todos los danzantes. Mencionando el vestuario diseñado por Yaiza Pinillos, es un regalo para la vista su creatividad y colorido. No hay dos trajes iguales pero hay en su conjunto una armonía de colores y línea que llama la atención muy positivamente.
Antonio Najarro ya fue muy explícito en su rueda de prensa: Teniendo en cuenta las dos partes en su conjunto, el ballet tiene mucha dificultad técnica y artística, pero puedo decir ahora que el BNE tiene un excelente nivel de bailarines. Pueden bailar absolutamente de todo, lo que quieran. Y así lo transmiten en Alento y Zaguán, todos están a un nivel altísimo.
