Según un estudio publicado en The Lancet Planetary Health, el calentamiento global podría afectar a cerca del dos tercios de la población europea cada año, es decir, 351 millones de personas en 80 años, lo cual, provocaría cerca de 152.000 muertes anuales.
A diferencia de las evaluaciones anteriores, los efectos de los extremos climáticos se centran en el impacto de las temperaturas, y por tanto de la vulnerabilidad de la población a cada riesgo. Los catástrofes de índole climática, las olas de frío y de calor, los incendios forestales, las sequías, los desbordamientos de los ríos, las inundaciones de costas y huracanes son de hecho un escenario sin cambios, en definitiva, pérdidas ocasionadas por catástrofes de índole climática procedentes del análisis de distintos tipos de desastres.
El estudio, salvo que pongamos freno al calentamiento global con urgencia y adoptemos medidas adecuadas de adaptación, alrededor de trescientos cincuenta millones de europeos podrían verse expuestos a extremos climáticos perjudiciales todos los años de aquí a final de siglo, así como a cincuenta veces más víctimas mortales que en la actualidad.
Los sectores más vulnerables de la sociedad que sufren mayor riesgo son la tercera edad, las personas con enfermedades que merman su capacidad psicológica y conductual de termorregulación y la población más pobre y con menos acceso a las tecnologías privadas de mitigación de las consecuencias de las catástrofes. Así pues, el envejecimiento de la población, podría agravar el impacto de las catástrofes climáticas según el proyecto europeo Ensembles y por ello, la vulnerabilidad de la población en este contexto.