El jurado internacional de la 67 edición del Festival de Cannes, presidido por Jane Campion ha otorgado la Palma de Oro a la película turca “Winter sleep” de Nuri Bilge Ceylan. Una merecida y valiente recompensa para esta película de tres horas y dieciseis minutos de metraje, que había seducido en Cannes a la prensa internacional.
Valiente decisión porque su largo metraje será probablemente disuasivo para un amplio público en su distribución comercial. Merecida sin duda, porque es una obra culminante en la brillante carrera de este cineasta turco, ya antes recompensado en Cannes, y que se alza ahora por vez primera con la Palma de oro a la mejor película del festival.
Visiblemente emocionado, Nuri Bilge Ceylan ha dedicado su premio a la juventud turca y a todos los que en Turquía fallecieron este año, referencia a los mineros de la ciudad de Soma, muertos en una trágica explosión.
“Sueño de invierno” filmada en la región turca de Capadocia, cuenta la historia de un viejo intelectual y retirado actor de teatro que regenta un hotel en una casa troglodita de esa visitada zona turística. Un pequeño incidente va a provocar diversos conflictos latentes. Una pelicula de profunda reflexión humana sobre el sentido de la vida y sobre el contexto social que rodea a sus personajes, de medios sociales muy distintos, en esos magníficos paisajes nevados.
El Premio al mejor Guión del festival de Cannes, ha sido para la película rusa “Leviathan”, de Andrei Zviaguintsev, que tenía también calidad suficiente para ser una Palma de Oro, pues se trata de una poderosa película con brillante puesta en escena, convincentes actores y en efecto sólido guión. Un drama familiar muy realista, espejo del alma rusa, con una irónica denuncia de la corrupción en la Rusia de Vladimir Putin. Una obra que nos habla de la lucha de un hombre contra un Estado corrupto, y de su propio drama individual, con imágenes de esas que no se olvidan, en los áridos paisajes del Ártico ruso. Zviaguintsev ha recogido el premio en nombre de su coguionista Oleg Neguin.
Previsible y merecido también el premio de mejor actor para el británico Timothy Spall, en “Turner” de Mike Leigh, por su interpretación del célebre pintor William Turner. Una brillante película de época, que nos hace descubrir el curioso y hosco personaje de ese artista precursor del impresionismo, a quien la Corte de Inglaterra calificaba de “demente”. Un personaje que hace todo para ser desagradable, pero del que descubrimos poco a poco su profunda humanidad.
Cabe destacar también como muy acertado el premio del Jurado conedido ex equo y de forma muy simbólica al benjamín y al veterano de esta seleccion oficial: el canadiense Xavier Dolan por “Mommy” y el franco suizo Jean Luc Godard por “Adios al lenguaje”. En la sala algunos gritaron “Godard for ever” mientras era su productor el que recogía el primer premio del festival de Cannes a una película de este genial director francés. Paradojas de la vida. “Adios al lenguaje” es un brillante Godard igual a sí mismo, que nos propone una experimentación en torno a la imagen en 3D.
Por su parte el joven Dolan muy emocionado dedicaba su premio a la gente de su generación -con solo 25 años, este es ya su quinto largometraje- y rendía homenaje a Jane Campion y a su “Lección de piano”, película afirmó el canadiense que le marcó enormemente. “Mommy” es una refrescante e histérica tragicomedia musical, que cuenta la relación freudiana y conflictiva entre un hijo adolescente que padece de hiperactividad con crisis muy violentas y su madre desbordada e incapaz de encauzar su educación.
El premio de la mejor puesta en escena ha sido para “Foxcatcher” del americano Bennett Miller, que se inspira en la autobiografía de un campeón de lucha libre en los Estados Unidos y su ambigua relación con un millonario paranoíco. No era mi favorita, pero no me sorprende el premio, pues en efecto está filmada con brio, sobretodo en las casi coreografiadas escenas de lucha, que están muy presentes a lo largo del film.
Mas discuttible en cambio resulta a mi juicio el premio de mejor actriz para Julianne Moore en “Maps to the stars” del canadiense David Cronenberg, por su interpretación de una veterana y excentrica actriz, en una satira de ese superficial mundo de Hollywood. La actriz canadiense Anne Dorval que hace de madre en “Mommy” de Xavier Dolan, me parece muy superior.
El Gran premio del Festival, que nunca he entendido muy bien a que corresponde, ha sido para la italiana “Le meraviglie” de Alice Rohrwacher, extraña película sobre una familia campesina en la región de Umbria, que recibió una acogida muy controvertida, y que algunos daban entre las favoritas del posible palmarés.
Por último, el premio Cámara de Oro al mejor primer largometraje se ha quedado esta vez en la sección “Un certain regard” y ha sido para “Party girl”, del francés Samuel Theis, codirigida con Claire Burger y Marie Amachoukelli. Inspirada en la historia familiar del realizador, se trata de un relato que mezcla ficción y realidad.
Se termina asi el Festival de Cannes 2014, con un Palmarés coherente en sus principales premios y que una vez más, como ya sucedió antes en otras ocasiones, ha optado por una Palma de Oro que festeja el mas brillante cine de autor, con una obra que no será necesariamente comercial.
Felicitaciones a Jane Campion y a los miembros de su jurado internacional.
Enlaces:
Cannes 2014: pronóstico difícil en la competición de Cannes
