La revista Science ha publicado un manifiesto que firman tres científicos, José Vicente López-Bao, Guillaume Chapron y Yaffa Epstein, de las Universidades de Oviedo, la sueca de Ciencias Agrícolas y la Universidad Uppsala respectivamente, en el que defienden los derechos de la naturaleza y critican la destrucción de la misma que está considerada a todas luces, un error moral que debe ser detenido inmediatamente.
Entre los intereses de la naturaleza que apuntan, destacan la importancia de otorgar derechos que incluyan intereses relativos a la existencia, hábitat o el cumplimiento de las funciones ecológicas dado que existe interesantes propuestas relacionadas con el reconocimiento de los derechos de propiedad de las especies en sus respectivos hábitats.
Esta afirmación, no está basada en evidencia científica, apuntan los investigadores firmantes, pero no es menos válida que la afirmación de que dañar al ser humano es un error moral.
Los autores, de igual forma, indican que el objetivo sería centrarse en los derechos de las comunidades naturales, los ecosistemas u otras entidades naturales que están vivas o sustentan la vida, como las montañas o los ríos. En 2018, por ejemplo, se reconoció la personalidad jurídica del reino animal en la India.
«Es interesante observar cómo se han otorgado derechos a entidades no humanas como corporaciones o estados, e incluso se está discutiendo actualmente sobre la personalidad jurídica de los robots, mientras que el debate sobre los derechos de la naturaleza parece en un segundo plano”, comentan.
La evidencia científica apunta a que la crisis ambiental global se está acelerando más rápidamente de lo esperado y es necesario actuar y dar cuenta que alrededor del 25 % de las especies están amenazadas y al menos, un millón de especies están amenazadas de extinción. Según sus consideraciones al mayor parte de los objetivos previstos para 2020 no se van a poder cumplir si bien, se pueden establecer estos para fechas posteriores con el ánimo de garantizar su cumplimiento. Las leyes ambientales existentes realmente regulan más que bloquean la destrucción del mundo natural, sin embargo, ha emergido un movimiento que reconoce hoy los derechos de la naturaleza, hasta ahora inconcebible y un número creciente de jurisdicciones de todo el mundo los han reconocido en países como Ecuador, India, Colombia, Nueva Zelanda o Bolivia.
Este movimiento busca promover los derechos de la naturaleza al igual que los derechos de los animales y de igual forma, todas las formas de vida no humana.