El Consejo de Seguridad de la ONU conmemoró este martes 13 de agosto de 2019 el 70º aniversario de los Convenios de Ginebra, adoptados el 12 de agosto de 1949, entre ellos el dedicado específicamente a la protección de los civiles en tiempo de guerra, informa Cruz Roja.
Suscritos por todos los Estados, esos instrumentos internacionales velan por los heridos y enfermos, los prisioneros de guerra y los civiles, incluidos aquellos que viven en territorios ocupados.
Dado el nivel de brutalidad observado durante la Segunda Guerra Mundial, los cuatro Convenios entraron en vigor apenas un año más tarde, el 21 de octubre de 1950 y, al marcar los límites del sufrimiento que se puede infligir a un enemigo en tiempos de conflagración son, desde entonces, el centro de la ley humanitaria internacional.
En la reunión del Consejo de Seguridad participó el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, quien afirmó que los Convenios de Ginebra simbolizan la sobrevivencia y humanidad común del género humano, y los calificó como uno de los mayores logros de la cooperación entre los Estados.
Su ratificación universal nos muestra que es posible que los Estados emprendan acciones colectivas e individuales para que se respeten las leyes y los principios humanitarios, señaló Peter Maurer.
Artículo común en los cuatro Convenios
“Mediante los cuatro Convenios de Ginebra, se conoce la protección que se debe dar a soldados heridos y enfermos en mar y en tierra, a prisioneros de guerra y a civiles. Además, uno de los grandes logros en 1949 fue la inclusión del Artículo 3, el mismo en los cuatro documentos, que establece la protección en los conflictos que involucran a grupos armados no estatales”, subrayó el presidente de la Cruz Roja.
Añadió que, con este fundamento, la ley humanitaria sigue siendo en la actualidad una herramienta clave para que los Estados enfrenten los desafíos contemporáneos de los conflictos, entre ellos el terrorismo. “Las leyes humanitarias equilibran las necesidades militares y la humanidad”, dijo.
Maurer aseveró que, cuando es respetada, la ley humanitaria internacional reduce el riesgo de daños físicos y sociales de largo plazo en las comunidades. “En esta época de conflictos prolongados la gente vive en escenarios de guerra y violencia durante años y, a veces, décadas, mientras el día a día debe continuar dentro de alguna continuidad. Cuando la ley humanitaria se respeta, se puede evitar el colapso total de pueblos y ciudades, lo que implica menos desplazamiento de población y la apertura cotidiana de escuelas, hospitales y mercados”, explicó.
Tareas pendientes
El problema es que la ley a menudo es violada, por lo que hay que aprovechar este aniversario para llamar a los Estados a ratificar todos los tratados relacionados con esa legislación, a fortalecer las prácticas y reglas de enfrentamiento, a desarrollar legislación nacional compatible y a capacitar sobre el tema a los parlamentarios o juristas.
“Nuestra tarea es garantizar que las palabras de los Convenios de Ginebra no se queden dormidas en textos legales, sino que se conozcan, apliquen, impulsen y defiendan. Como el documento vivo que es, la forma en que se entienda la ley debe reflejar las realidades del presente…Este aniversario nos da la certeza de que es posible respetar la ley”, enfatizó el líder de la Cruz Roja.
El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Legales recordó, por su parte, que si bien los tres primeros Convenios no fueron completamente nuevos en su momento ya que retomaban los principios de tratados existentes, el Cuarto Convenio fue el primer instrumento dedicado específicamente a la protección de los civiles en tiempo de guerra.
Miguel de Serpa Soares destacó el papel crucial que el Consejo de Seguridad de la ONU ha desempeñado para garantizar el respeto de la ley humanitaria internacional mediante medidas concretas entre las que mencionó el establecimiento de tribunales internacionales para juzgar crímenes de guerra; la creación de comisiones investigadores de denuncias de atrocidades; los mandatos de protección de civiles otorgados a las operaciones de mantenimiento de la paz; y la imposición de sanciones a individuos y entidades implicadas en violaciones a la ley humanitaria.