Declaración, el no-manifiesto de Michael Hardt y Antonio Negri

“Hardt y Negri son una especie extremadamente rara: teóricos políticos que realmente creen en las personas y en su capacidad y sabiduría para gobernarse a sí mismos. El resultado es una inspiradora unión de realismo e idealismo”.
(Naomi Klein, autora de No logo, La doctrina del shock).

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Portada de Declaración

Mucha gente piensa ya que ha llegado el momento de cambiar algo en este mundo atrapado por la crisis global, que hay que hacer lo que sea para poner límites a los poderes económico-financieros, y también políticos, que nos están llevando –paso a paso- a la ruina. Que es hora de pasar de las declaraciones a la construcción de otra cosa (que, además, en el caso español, debe empezar por desembarazarse de ese lastre de siglos que es la monarquía, agravada porque sus actuales protagonistas son los herederos directos del dictador).

Quienes deben protagonizar el cambio –esa juventud que ya lleva dos años ocupando las calles y las plazas de la mitad del mundo, esos obreros que ya no son los “asalariados” de antaño sino “una multitud de trabajadores precarios”…- tienen que pasar de la protesta a la emergencia de “principios y prácticas que puedan sacarnos del impasse”, a la construcción de nuevos “esquemas de participación democrática”, a la redefinición de “nuevos significados del término libertad”.

El ensayista y téorico italiano Antonio Negri (1933) y el escritor y crítico estadounidense Michael Hardt (1960), han sintetizado en poco más de cien páginas el grueso del contenido de su célebre trilogía –Imperio (2002) , Multitud (2004) y Conmmonwealth (2011)-, especie de manual de sociología política escrito a cuatro manos con el tono de un panfleto que, como dicen en la contraportada del libro Declaración, “no es un manifiesto (Questo non e un manifiesto es precisamente el título de la edición italiana, Feltrinelli 2012)… los movimientos sociales de hoy han invertido el orden (anterior), haciendo que los manifiestos y los profetas se vuelvan obsoletos. .. Tal vez lo más importante sea que las multitudes, mediante sus lógicas y sus prácticas, sus lemas y sus deseos, han declarado un nuevo conjunto de principios y verdades”.

Declaración es ante todo un apoyo a los movimientos sociales de los dos últimos años. El hecho de que las instituciones existentes no sean capaces de resolver la crisis “de manera análoga a como lo hizo Franklin Roosevelt en los años 1930”, es señal de que el “antiguo régimen de las democracias surgidas en el siglo XVIII” se ha agotado. Los movimientos presentes en las plazas de las ciudades desde 2011 son los embriones de “nuevas formas de reglas directamente más democráticas». Aunque la crítica estadounidense ha puesto especial énfasis en la visión utópica del tandem Hardt-Negri, también se ha fijado en su estudio de la relación existente entre los movimientos sociales autónomos y las fuerzas electorales de centro-izquierda en muchos países de América Latina, como ejemplos a imitar.

El slogan escrito en una pared de no se sabe donde en 2011- “las calles están llenas pero las iglesias están vacías”- Hardt y Negri lo interpretan como que la protesta va en aumento pero las organizaciones tradicionales de la izquierda se han demostrado incapaces de seguirle el paso, lo que significa que la nueva izquierda también está por reconstruir.

Probablemente uno de los mayores logros de la obra, que conviene leer con tranquilidad y subrayando si es posible, sea su aportación a la comprensión de este nuevo fenómeno social de las “multitudes” que, si lo miramos atentamente veremos que deja traslucir “el potencial desarrollo de la sociedad de mañana” que está saliendo con mucho esfuerzo de masificación, a medida que gana autonomía y responsabilidad.

La historia no se escribe en un día; los procesos históricos exigen su tiempo de incubación. Los indignados de Europa, América y Oriente Medio están en proceso de maduración. La lectura del libro de Hardt y Negri podría servirles de orientación, sobre todo ahora que ya no quedan gurús: “No se puede crear una sociedad democrática en un mundo en que unos pocos poseen toda la riqueza y las armas. No se puede restablecer la salud del planeta cuando quienes continúan destruyéndolo todavía toman las decisiones. Los ricos no regalarán porque sí su dinero y sus propiedades, y los tiranos no depondrán porque sí sus armas ni dejarán caer las riendas del poder. Al final tendremos que tomarlas. Pero no vayamos tan rápido, no es tan sencillo… los movimientos están preparando el terreno para un acontecimiento que no pueden prever o predecir. Los principios que promueven, incluidas la libertad, la igualdad, la sostenibilidad y el acceso abierto al común, pueden formar el andamiaje a partir del cual, con motivo de una ruptura social radical, puede construirse una nueva sociedad…los movimientos están creando un manual acerca de cómo crear y vivir en una nueva sociedad”.

Declaración
Akal, Colección pensamiento crítico
Traducción: Raúl Sánchez Cedillo
ISBN 978-84-460-3726-2
128 páginas, 9€

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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